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Carne “alternativa”: del laboratorio al plato

Así, el 60% del mercado mundial de la carne estará representado por proteínas alternativas en 2040, indica Echeverría, basándose en un estudio reciente de la consultora internacional AT Kearney.

“Proliferan las iniciativas para buscar nuevas estrategias y tecnologías para la producción de proteínas que conciten: un alto valor nutricional, la viabilidad económica, un bajo impacto medioambiental y un alto potencial de producción para contribuir significativamente al mix de fuentes proteicas que será necesario para atender al crecimiento poblacional”, resume la investigadora.

Entre las tecnologías “más prometedoras” menciona la fermentación de precisión -microorganismos modificados genéticamente para producir ingredientes típicos de los alimentos de origen animal, como caseína y suero-; la proteína microbiana o Single Cell Protein (SCP) y la agricultura celular, en la que se enmarca “la carne cultivada”.

Esta última técnica, denominada también “cell-based”, consiste en extraer células de un animal y producir in vitro tejidos de músculos y grasas. Dicha tecnología afronta tanto “barreras legislativas como económicas”, ya que producir estos alimentos resulta “muy costoso”.

Filetes de vaca y bocaditos de pollo: del laboratorio al tenedor.En la Unión Europea no hay ningún producto “cell-based” (cultivo celular) aprobado para su comercialización y solo hay tres países en el mundo que han dado su aprobación.

Singapur fue el pionero al aprobar en 2020 que Eat Just vendiera sus bocaditos de pollo “cell-based” en el país asiático y en 2024, Vow recibió la aprobación en ese país para su codorniz “cultivada”, explica la directora de I+D+i del CNTA.

El segundo en permitir la venta de estos productos fue Estados Unidos. En 2023, las “start-ups” Upside Foods y Eat Just consiguieron la autorización para sus pollos de laboratorio.

El tercer país ha sido Israel, cuyo gobierno aprobó este año la carne de vacuno sintética de la “start-up” Aleph Farms y que además tiene la intención de comercializar su ‘Black Angus Petit Steak’ a finales de 2024, añade Echeverría.

Italia dice “no”El pasado marzo, el Gobierno italiano aprobó un proyecto legislativo para prohibir la producción y comercialización de los alimentos sintéticos, como la carne cultivada, argumentando la falta de estudios científicos sobre los mismos.

“Italia dice no a los alimentos sintéticos y a la carne sintética”, zanjó su ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, tras celebrar que el texto aprobado es pionero en el mundo ya que sanciona la producción, comercialización e importación de estos productos.

Según Lollobrigida, la intención del Ejecutivo italiano, liderado por Giorgia Meloni, no es “persecutoria”, sino que trata de proteger la “salud y el medio ambiente”.

El éxito de las bebidas y el queso vegetal.Por otro lado, el estudio “Información sobre el mercado minorista de alimentos de origen vegetal en España”, avanzado a EFE por la fundación y laboratorio de ideas Good Food Institute Europe, el 40,4% de los hogares españoles compraron leches vegetales y un 20% alternativas a la carne en 2023, año en el que las ventas del sector minorista de productos vegetales crecieron un 7,5 % y sumó 488 millones de dólares.

El análisis apunta a la leche y al queso vegetal como los impulsores principales del aumento de las ventas y augura que la demanda de alternativas vegetales se mantendrá “firme” en 2024.El queso vegetal, aunque sigue siendo una pequeña categoría emergente, experimentó un crecimiento de las ventas de un 47,5% entre 2022 y 2023, mientras que el de la carne de origen vegetal disminuyó un 1,4 % hasta alcanzar los 64 millones de dólares a igual periodo.

De media, la carne de origen vegetal cuesta más del doble por kilo que su equivalente de origen animal. La diferencia de precio ha aumentado ligeramente con el tiempo, del 116 % más cara en 2022 al 121 % más cara a principios de 2024. La carne de origen animal, en cambio, disminuyó más en precio que la vegetal entre 2023 y 2024.

En resumen, el sector de alimentos vegetales “claramente” sigue siendo relevante para los consumidores españoles, de los que el 45% afirman querer reducir su consumo de carne a lo largo de los próximos dos años, añade Helen Breewood, responsable de investigación y recursos de Good Food Institute. (EFE)

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