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Santo Domingo

Las salas de cine de la República Dominicana, un libro imprescindible

Humberto Almonte

Analista de Cine.-

Una queja de larga data es la exigua cantidad de textos cinematográficos sobre el cine dominicano. A lo sumo, lo que tenemos es una enorme dispersión de revistas, folletos o artículos periodísticos y algún libro que trata el tema. Esto hace que sean bienvenidas publicaciones como Las Salas de Cine de la Republica Dominicana cuya autoría recae en Martha Checo y Félix Manuel Lora  y su publicación se debe a la Dirección General de Cine – DGCINE- que en ese momento, 2020, era dirigida por Yvette Marichal. 

Es interesante observar que el subtítulo es “Historia, desarrollo y evolución de la exhibición y distribución cinematográfica”, referida a nuestro país, un tema que no se había tratado de manera extensa en una publicación  particular, aunque si en artículos que citan los autores como fuentes en el ejercicio de trazar una ruta desde donde vienen las informaciones, método que es el indicado en cualquier publicación que se precie de tener rigor y credibilidad.

Las 112 páginas de este recuento histórico están llenas de datos históricos verificados sobre las salas, las compañías exhibidoras y distribuidoras, desde sus orígenes con el empresario italiano Francesco Grecco, hasta la actualidad. Es notorio que aunque hemos crecido en el número de salas, este crecimiento se reduce a Santo Domingo que ocupa el 67 % del mercado, Santiago de los Caballeros con un 14 % y La Romana con un 5 %. El 14 % restante corresponde al resto del país, un claro retroceso en relación a los tiempos pasados.

El libro cuenta con un prologo de Marichal, ex directora de DGCINE y de los autores, dividiéndose en siete (7) capítulos, que van desde el primero, sobre el inicio de la exhibición y distribución, hasta el séptimo acerca de la Ley de Cine y sus garantías a los exhibidores. Los otros capítulos se centran en la evolución desde los años 20 a los años 60, las experiencias de los exhibidores en Santo Domingo y el interior del país, los multicines, las amenazas al sector exhibidor, los Malls y complejos de salas, las dos empresas que dominan esta área como Caribbean Cinemas y Palacio del Cine, los circuitos independientes y dos  anexos sobre las salas de cine antiguas y vigentes.  

La investigación de Checo y Lora los lleva a sumergirse en múltiples fuentes con una gran variedad de formatos, entre ellos quizás el libro más citado e influyente en el cine dominicano que es  Historia de un Sueño Importado del crítico de cine e historiador y sacerdote jesuita Jose Luis Sáez. La edición de estos dos autores se hizo en formato físico, siendo también distribuido por DGCINE en su versión digital.

De los  salones  de billares a los multicines.

El gran hallazgo de esta investigación es que las fechas de la primera exhibición en nuestro país pasó de ser situada en Puerto Plata el 27 de agosto de 1900 en el Teatro Curiel, a una que puede fecharse a mediados de julio del mismo año en la Ciudad de La Vega, en la casa del Sr. Nathan Cohen, en un salón construido para billares. Todo ello de acuerdo a los datos que aporta al historiador vegano Jovino E. Espínola Reyes, en su crónica de 1950 “El cinematógrafo, aparición en la Vega y evolucion” recogida en el texto “La Vega Histórica Vol. II” del 2009 publicado por la editora Ferilibro del Ministerio de Cultura.

La polémica en torno a estas fechas, se produce a pesar de que el profesor Sáez en su libro antes mencionado Historia de un Sueño Importado, afirmaen las páginas 25-26 que la historia del cine en Republica Dominicana «Hasta donde nos permiten llegar las pruebas documentales, comienza una noche de agosto de 1900 en Puerto Plata… A pesar de lo reducido de las pruebas documentales, todo parece indicar que el Teatro Curiel (o Municipal) de Puerto Plata, fue el local en que se exhibió por primera vez en Santo Domingo el Cinematógrafo Lumiere», una aclaración que trae claridad al tema.

Lo documentado de las anécdotas históricas, como el incendio del Teatro Colón en San Francisco de Macorís en 1963, que describe la crónica del periódico La Opinión en su edición del 19 de febrero o los datos que aporta la documentalista Tatiana Fernández Geara acerca del cine Carmelita en la misma ciudad y propiedad de su familia, nos aportan la necesaria contextualización desde ópticas muy cercanas y precisas.

Las Salas de Cine de la Republica Dominicana va desgranando informaciones que nos dan un panorama de la evolución de un sector económico y artístico, los personajes que se destacan en él, las cifras, los acontecimientos, las condiciones, la programación y el equipamiento de las salas, en un recorrido que es, o debería ser, del interés de economistas, historiadores, críticos de cine y cinéfilos, pues refleja detalles de épocas pasadas y recientes en la economía y el arte.

El libro resalta la importancia de Ley de Cine 108-10 para el fomento de la actividad cinematográfica, en cuyo artículo 37 señala los beneficios en las exoneraciones a la construcción de salas de cine, lo que no solo ayuda a expandir la cantidad de salas o los beneficios de las exhibidoras y distribuidoras, sino ampliando las ofertas de empleo  dadas la necesidades de personal nuevo y las facilidades a los cinéfilos para acceder a más salas y en más lugares.

La multiplicidad contemporánea.

La abundante disponibilidad de salas y de películas que disfrutamos hoy, como lo consigna el libro, se inicia el 16 de agosto de 1971 cuando se abren las tres modernas salas del Cine Triple  en la Avenida George Washington de Santo Domingo, propiedad de Gometco Dominicana, cambiando los paradigmas de los cines de una sola sala en nuestro país. 

La oferta en distribución y exhibición ha pasado de una preponderancia absoluta del cine francés o italiano de los inicios, norteamericano y de otras latitudes en las etapas siguientes, hasta la diversificación actual que amplía el acceso al cine internacional y da paso al fenómeno del cine dominicano, que ha crecido hasta lograr unos altísimos niveles de presencia en las pantallas locales.

Las Salas de Cine de la Republica Dominicana, de la autoría de Martha Checo y en Félix Manuel Lora,  editado por Dirección General de Cine – DGCINE- es un aporte de gran trascendencia a la historia del cine dominicano, en particular y a la historiografía local en general, pues su rigor y abundancia informativa lo convierten en un texto de referencia para los sectores que componen o tienen algún interés en la Cinematosfera Dominicana.

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