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Las firmas de la Alta Costura parisina exhiben sus creaciones en pasarela

María D. Valderrama

París.- París acoge a partir de este lunes y hasta el próximo jueves los desfiles de las casas de Alta Costura, cerca de una treintena de firmas entre las que se encuentran Schiaparelli, Christian Dior y Chanel, así como la española Juana Martín.

La diseñadora cordobesa desfilará por segunda temporada consecutiva como miembro invitado de la Federación de Alta Costura y Moda, organizadora oficial de la pasarela parisina donde en esta ocasión se mostrarán las creaciones para la primavera-verano 2023.

La Alta Costura sigue siendo a día de hoy el lugar del lujo por excelencia, donde se muestran creaciones totalmente trabajadas a mano, con un grado de detalle y personalización difícil de encontrar en otros sectores de la industria.

Tanto es así que tan solo quienes cumplen una serie de requisitos pueden entrar en la selecta agenda de la Cámara Sindical de la Alta Costura, una de las patas históricas de la actual Federación junto a la de Prêt-à-porter mujer y moda masculina.

Son miembros oficiales las firmas Schiaparelli, Christian Dior, Maison Rabih Kayrouz y Giambattista Valli (que desfilarán este lunes), Chanel, Alexis Mabille, Stéphane Rolland, Julien Fournié y Alexandre Vauthier (el martes), Franck Sorbier y Jean-Paul Gaultier (el miércoles).

El resto del calendario lo completan los miembros corresponsales, es decir, casas cuya labor está a la altura de la Alta Costura, pero que no trabajan en París, como Valentino, Giorgio Armani Privé, Elie Saab, Viktor & Rolf y Fendi.

MIEMBROS INVITADOS

Y por último los miembros invitados, a quien la Cámara hace hueco para evaluar su posible entrada como miembro oficial tras al menos cuatro desfiles consecutivos.

En esta categoría se encuentra actualmente Juana Martín, que tras varios años desfilando al margen de la pasarela oficial, fue invitada el pasado mes de julio a integrar el calendario oficial.

Martín rompió techo entonces convirtiéndose en la primera mujer española y gitana en entrar en la Costura de París.

Las casas de moda aprobadas se benefician de las estrategias de apoyo, seguimiento y comunicación de la Federación, una capacidad de proyección única para firmas pequeñas.

También han sido invitados en esta edición diseñadores como el libanés Zuhair Murad, los indios Rahul Mishra y Gaurav Gupta, el hongkonés Robert Wun, el camerunés Imane Ayissi o la francesa Julie de Libran.

La Cámara de Alta Costura se ha abierto cada vez más a diseñadores de todo el mundo, acercando París a una moda multicultural y atenta a lo que sucede en otros países, si bien es difícil que una firma que aspira a un público global no pase por París.

Este sello propio de la capital de la moda solo se obtiene cumpliendo unos duros criterios fijados por la Federación: las piezas deben estar hechas a mano y a medida, lo que a menudo requiere un trabajo de cientos de horas.

Los talleres deben contar con un mínimo de artesanos y trabajadores a tiempo completo, al menos 15.

Todo un logro para un universo excelso que solo alcanza a unas 4.000 personas en todo el mundo y que en las últimas décadas ha desplazado su interés y clientela hacia Oriente además de ciertas excepciones en la alfombra roja.

La Alta Costura (“Haute Couture”) es un término protegido jurídicamente, algo así como una etiqueta de denominación de origen y que sólo puede otorgar una comisión designada por el Ministerio de Industria.

Sin embargo, su influencia ha ido cayendo desde que el prêt-à-porter, es decir, las prendas producidas en serie y no a medida, hiciera su gran aparición a partir de la década de 1960, obligando a la Federación a adaptar sus reglas. Eso que la moda y sus seguidores saben hacer tan bien una y otra vez: adaptarse o morir. EFE

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