Jerusalén.- Al menos 30 personas murieron y 66 resultaron heridas en los ataques israelíes de las últimas 24 horas en la Franja de Gaza, según las cifras del Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás.
Desde que comenzó la guerra, hace casi diez meses, 39.653 personas han muerto y más de 91.500 han resultado heridas en el devastado enclave palestino, sometido a constantes bombardeos por parte de Israel.
Además, las autoridades sanitarias estiman que los cuerpos de unos 10.000 desaparecidos continúan enterrados bajo los escombros.
“En Gaza no hay a dónde ir; huir a algún refugio no es una opción”, denunció este martes el asesor regional de acceso del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC, en inglés), Hasán Morajea, que se encuentra en Deir al Balah, en el centro de la Franja.
El grupo estima que, tras las últimas órdenes de evacuación israelíes en el sur y el centro del enclave, apenas un 14,5 % del territorio gazatí está considerado como “zona segura” por las autoridades israelíes.
Las cifras, similares a las que maneja la ONU, reflejan el nivel de desplazamiento de la población palestina. Se estima que nueve de cada diez personas en la Franja se han visto obligadas a abandonar sus hogares o refugios, algunos varias veces seguidas, desde el comienzo de la guerra.
Este martes, el Ejército israelí aseguró haber matado a 45 presuntos combatientes en sus operaciones en Gaza de las últimas 24 horas (los números del Ministerio de Sanidad gazatí reflejan los muertos y heridos que han llegado a los hospitales del enclave, y no suelen coincidir con las cifras de Israel).
Entre los milicianos abatidos se encontraba un comandante de Hamás encargado del tráfico de equipamiento militar hacia dentro y fuera del enclave, según las fuerzas israelíes.
El comandante, identificado como Mohamed Mahasneh, supervisaba principalmente el transporte de material militar por mar, pero también estuvo involucrado en el tráfico por túneles y a través de pasos fronterizos.
Desde el comienzo de su ofensiva contra Rafah, la localidad más al sur del enclave palestino, a comienzos de mayo, las autoridades israelíes han tomado el control del conocido como Corredor Filadelfia, que recorre la frontera con Egipto, y han clausurado el paso fronterizo de Rafah, por donde entraba gran parte de la ayuda humanitaria al enclave desde el comienzo de la guerra.
Desde entonces, Israel dice que ha encontrado decenas de túneles en la zona, algunos de los cuales acaban en Egipto, y que según las fuerzas israelíes eran utilizados para traficar con armamento.
La ofensiva en Rafah continúa, y el Ejército mató en las últimas 24 horas a unos 25 milicianos palestinos en la localidad, tanto en combates como en ataques aéreos.
Además, las fuerzas israelíes acabaron con la vida de otros 20 supuestos combatientes en el centro de la Franja, donde a finales de julio ordenaron la evacuación de partes del campamento de refugiados de Bureij y del de Nuseirat.
La solución que da Israel a los gazatíes que ordena desplazarse es que huyan a la “zona humanitaria” de Mawasi, al oeste de la localidad de Jan Yunis, cuyo perímetro cada vez es más reducido y está abarrotada de refugiados que malviven en tiendas de campaña, sin agua y sin electricidad.