Berlín.- El viernes se cumplen diez años del accidente de esquí del siete veces campeón del mundo de Fórmula Uno Michael Schumacher que le apartó para siempre de la vida pública y cuyo verdadero estado no ha trascendido hasta el día de hoy.
“Los medios han entendido que incluso un deportista excepcional tiene derecho a la protección de su intimidad y que una cobertura informativa concreta sobre su estado de salud es inadmisible”, explicó en octubre pasado en una entrevista a “Legal Tribune Online” Felix Damm, abogado de la familia Schumacher desde hace 15 años.
Agregó que los medios han entendido también que son igual de inadmisibles aquellos reportajes que hablan sobre tratamientos médicos o especulan sobre medidas terapéuticas concretas.
“Han entendido que esto es considerado así también por los tribunales, incluido el Supremo. El hecho de que en este caso se trate de Michael Schumacher no cambia nada a este respecto. Esto lo han entendido”, subrayó.
Sólo el círculo más íntimo conoce el verdadero estado de salud de Schumacher y su familia y amigos se han comprometido a guardar silencio a este respecto y mantienen a rajatabla ese acuerdo.
“Echo de menos a mi Michael de entonces. La vida a veces es injusta”, dijo su hermano Ralf, también expiloto de Fórmula Uno, en declaraciones el miércoles a “Auto Bild”.
Señaló que “Michael tuvo a menudo suerte en su vida, pero entonces llegó este trágico accidente”, y aunque afortunadamente, “gracias a las posibilidades de la medicina moderna se pudo hacer cosas”, agregó, “nada es como antes”.
“Puedo decir de mí mismo que su accidente fue también una experiencia muy mala y trascendental para mí” y cambió el destino de la familia, subrayó, sin entrar en más detalles.
En recientes declaraciones al deportivo francés “L’Équipe”, Jens Todt, el entonces director de carreras de Ferrari que logró traer en 1996 a Schumacher a la escudería, declaró: “Michael está aquí, así que no le echo de menos.”
No obstante, señaló que “ya no es el Michael de antes” y sin revelar nada sobre su estado de salud, matizó que “es diferente y está maravillosamente protegido por su mujer y sus hijos”.
El abogado de la familia subrayó que en todo lo relativo al expiloto “siempre se trató de proteger lo privado” y que en este sentido también se discutió mucho acerca de cómo cumplir este objetivo.
Se consideró incluso “si un comunicado final sobre el estado de salud de Michael podría ser la forma correcta para ello”, pero después de eso en realidad la historia no habría acabado y habría que haber dado constantes actualizaciones, explicó.
Aun ante el respeto generalizado a la intimidad del expiloto y su familia y el silencio en torno a su situación, puede ocurrir que algún medio se preste a algún tipo de cobertura que acabe en querella, como ocurrió con la presunta entrevista este año de la publicación rosa “die aktuelle” a Schumacher con respuestas generadas por un sistema de inteligencia artificial.
El asunto acabó en la destitución de forma fulminante de Anne Hoffman, directora de la revista, por parte del grupo de medios Funke al que pertenece esta publicación.
“Ese artículo de mal gusto y que inducía a la confusión no debía haberse publicarse nunca. No responde en manera alguna a los estándares del periodismo que nosotros y nuestros lectores esperan de una editorial como Funke”, dijo la gerente de revistas del grupo, Bianca Pohlmann, en un comunicado de disculpas.
El pasado 3 de enero Schumacher cumplía 54 años y su hija Gina-Maria, jinete de 26 años, y su hijo, Mick, de 24, también corredor de Fórmula, le felicitaban a través de las redes sociales.
Gina-Maria publicaba una foto en la que se la ve con Schumacher ante de una carrera de karts lanzando a su padre una pícara mirada, acompañada del mensaje: “¡Feliz cumpleaños, papá! Una mirada atrás a nuestros días de karting”.
Mick publicó incluso dos fotos, una de ellas de la época de su padre en el Grupo C, antes de ascender a Fórmula Uno, con el mensaje: “Feliz cumpleaños al mejor padre de todos los tiempos”. EFE