El cirujano ortopedista Marcelo Puello sugirió la aplicación de un impuesto a las ventas de motocicletas para recaudar recursos económicos que serán utilizados en los hospitales del Estado para atender a los miles de personas que llegan a los centros de salud con traumas en accidentes de tránsito.
“Aquí se vende un motor de dos ruedas hasta en los colmados, sin ningún tipo de control, y una forma de compensar los gastos en los hospitales traumatológicos sería un impuesto a la compra y venta de motocicletas”.
Explicó que sería una especie de seguro que se adquiere al momento de que las empresas cierren la negociación de la venta de cada motocicleta y que esos recursos sean utilizados para ampliar la cobertura de los accidentados.
“Realmente la salud de un ser humano no tiene precio, pero sí genera un costo, y ese costo alguien tiene que pagarlo”, señaló el doctor Puello.
Recordó que en los últimos años más del 70 por ciento de los accidentes en las carreteras del país, involucra motocicletas.
El ortopeda recomendó a la población moderación en las carreteras durante las festividades de fin de año, como una forma de reducir los accidentes de tránsito y evitar muertes y lesiones permanentes.
El médico especialista indicó que “hay que tener conciencia ciudadana, por ejemplo, que los amigos y familiares designen a un chofer dentro de los grupos que toman carretera, y esa persona no debe ingerir bebidas alcohólicas, eliminando los riesgos de accidentes por culpa de las borracheras”.
Dijo que las grandes compañías de transporte deben revisar las condiciones de sus vehículos, como los neumáticos, y las autoridades aplicar las medidas correspondientes en las autopistas y carreteras de todo el país.
Reveló que los hospitales del Estado gastan más de un millón de pesos en cada paciente lesionado en accidente de tránsito cuando las heridas son de consideración, “pero una lesión de la tibia su tratamiento ronda los 400 mil pesos”.
Puello, médico con una larga experiencia en los hospitales públicos y privados, fue reiterativo en recomendar prudencia en las carreteras, evitar que personas ebrias conduzcan y una profunda revisión de las condiciones de los vehículos, sobre todo, de las unidades que transportan pasajeros