Jerusalén. Trece organizaciones humanitarias lanzaron de forma conjunta un informe este lunes en el que recogen los problemas que afrontan para trabajar en la Franja de Gaza, desde un control exhaustivo de sus movimientos hasta tener que recurrir a carros tirados por burros por la falta de combustible.
“El movimiento para llegar a las personas más vulnerables dentro de la Franja es inseguro y restringido”, denuncian en un comunicado las ONG, en el que recuerdan la preocupación constante por sus trabajadores en el territorio palestino.
“La mera entrada de camiones en Gaza no garantiza que los recursos lleguen a sus receptores debido a motivos de seguridad”, explica el informe, respondiendo indirectamente a los constantes mensajes del COGAT (el organismo militar israelí que gestiona los asuntos civiles en los territorios palestinos) que culpa a las organizaciones de no recoger la ayuda que entra al territorio palestino tras pasar sus controles.
Entre los firmantes se encuentran ActionAid (AA), Care, Médicos del Mundo (MDM), Médicos sin Fronteras (MsF), Mercy Corps (MC), el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés), Save the Children, Primera Urgencia Internacional (PUI), Plan Internacional, Oxfam, Norweigan Church Aid, DanChurchAid (DCA) y Handicap Internacional.
Deterioro del acceso de ayuda humanitaria
Estas organizaciones denuncian que “ninguno de los accesos por tierra a Gaza -los más efectivos y viables para entregar ayuda- ha estado completamente operativo desde octubre de 2023, mientras que el norte de la Franja permanece aislado del sur por el Ejército israelí”.
Al sur, el único acceso viable es el de Kerem Shalom, que se encuentra en una zona de combate activo. Mientras, el de Rafah, fronterizo con Egipto, permanece cerrado desde que el Ejército lanzó su ofensiva contra la ciudad el pasado 6 de mayo.
Al norte, el único paso en funcionamiento es el de Erez West, “inadecuado para cubrir las necesidades de la gente de la zona”, una de las más afectadas por el hambre y la crisis humanitaria general en Gaza.
Además, la ayuda que entra a Gaza desde el norte viaja desde Jordania, y es víctima habitual de la violencia de colonos israelíes, que detienen los camiones y destrozan sus cargamentos.
En cualquier caso, la cantidad de ayuda que accede al devastado enclave es insuficiente: antes de la guerra, entre 10.000 y 11.500 camiones accedían mensualmente al territorio palestino, mientras que desde su inicio hasta el pasado 9 de julio, sólo 41.234 lo han conseguido (menos de 5.000 al mes), siendo las necesidades de los gazatíes mucho mayores.
En ese sentido, las organizaciones denuncian que las operaciones humanitarias están confinadas a una “cada vez más pequeña” zona que “nunca ha probado ser segura”.
Cooperantes en riesgo
En los últimos nueve meses, 274 cooperantes y más de 500 trabajadores sanitarios han perdido la vida en Gaza, víctimas de los ataques israelíes que afectan a sus infraestructuras.
“Los supervivientes afrontan un peligro constante, refugiándose de bombas y teniendo problemas para encontrar comida, obstaculizando su labor”, denuncian las ONG.
Entre las que suscriben el informe, Handicap Internacional sufrió el bombardeo de la casa de uno de sus trabajadores en Nuseirat (centro), que acabó con su vida.
Por todo ello, estas organizaciones “continúan llamando a un alto el fuego inmediato y duradero”, manteniendo que “es la única forma de proveer asistencia humanitaria y proteger y salvar vidas en Gaza”. EFE