Llega el 2024 con marcadas y sentidas expectativas. Con el gran compromiso de celebrar elecciones en febrero y mayo libres de eventos que pongan en riesgo nuestro sistema democrático.
Recibimos un nuevo año con la esperanza de mantener la estabilidad social y política que permitan, a su vez, recuperar lo perdido en materia de crecimiento económico y retomar el combate a la pobreza y la desigualdad.
Dejamos atrás un 2023 que nos sometió a grandes esfuerzos para recuperar una buena parte de lo perdido por una economía azotada por eventos geopolíticos y naturales que nos impactaron en forma negativa.
Dejamos un año sobrecargado de deudas, con un Estado sobregirado en costosos subsidios como recurso para mantener la gobernanza.
Llega un 2024 en el que debemos apelar a un liderazgo político, empresarial y social responsable y comprometido con reformas estructurales que se hacen ya impostergables.
Es un año para que los actuales gobernantes enfaticen en políticas correctas, erradicando sus falencias y para que la próxima administración asuma como propósito apuntalar acciones en procura del bienestar de la población.
Recibamos este 2024 con el compromiso de convertirlo en un feliz y venturoso año para el pueblo dominicano.
