Claudia Rita Abreu
Lo que está pasando frente a nuestros ojos es una demostración de desprecio hacia las necesidades ciudadanas y la amplia irresponsabilidad ante proyecciones futuras. Los Estados suelen proyectar crecimiento de la ciudadanía, desarrollo de zonas urbanas y rurales, garantías de espacio para movilidad, ya sea vehicular o peatonal, espacios de ocio, posibles necesidades sanitarias y escolares, tierras destinadas a la agricultura, etc.
En vez de dedicarnos a buscar soluciones creativas al crecimiento desorganizado de la ciudad, y a respetar espacios, este Gobierno utiliza zonas de esparcimiento que han sido un milagro conservar hasta el momento, para cosas insólitas.
Tenemos a la Dirección de Defensoría y Uso de Espacios Públicos (DUEP), perteneciente a la Alcaldía del Distrito Nacional, ubicada en el lindero rocoso del parque mirador en la avenida Cayetano Germosén, destinado para acumular escombros y basura. El estadio Quisqueya en peligro de perderlo porque no respetan la resolución del 2019 la Alcaldía del Distrito Nacional que lo habían declarado dentro de la categoría: “Zonas Ambientales Complementarias de Valor Especial”, al igual que la Plaza de la Cultura, el Centro Olímpico, la Plaza de la Salud. Ahora, quieren quitarle espacio al Jardín Botánico –una obra maestra, un patrimonio nacional, parte fundamental de nuestra cultura, área deportiva, espacio de conservación y de investigación, realizado con un criterio y profesionalismo del cual debemos estar todos orgullosos– para ampliar una avenida.
Hay sacrificios ambientales que no deben de hacerse por un tema vehicular que no tendrá solución mientras la única manera de movernos decentemente en la Capital sea en transporte privado, con aceras en mal estado, sin árboles que den sombra, con el miedo de ser asaltados y con poca seguridad. Da vergüenza tener que aceptar que Joaquín Balaguer ostento y demostró tener una visión más amplia del futuro de esta ciudad. Muchos dirán, pero éramos menos, la gente era más sencilla, nuestro crecimiento económico más tímido, un país más pobre, había persecuciones y represión social. Bueno, yo no soy defensora ni creyente en poner a Balaguer en un estandarte, ahora, quienes se han encargado de darle la razón con hechos y omisiones han sido los gobiernos del PRD y sus derivados del PRM.
La represión social y asesinatos vividos en la poblada del 1984 no eran propias de un partido revolucionario, hoy día, siguen brotes constantes de represiones a manifestaciones sociales, mermadas ante la opinión pública.
Si hoy tenemos un parque mirador, un jardín botánico, una plaza de la cultura, un zoológico, etc.; son secuelas de una visión futurista que hoy, que supuestamente somos más avanzados y conscientes del medio ambiente, estamos destrozando sistemáticamente. Es, lo que considero, una manera de gobernar con desprecio hacia la población. Se supone que una visión de Estado te hace observar necesidades que él o la ciudadana no sabe que tiene. Una persona común puede y debe tener consciencia ciudadana y colectiva, pero un Estado debe basarse en planes, estudios, protecciones y un conocimiento más plural y completo de las necesidades actuales, a corto y a largo plazo.
Ahora, si vemos a la ciudadanía desde una óptica abusiva, es decir, partiendo de que hay una mayoría a quien la catalogan de ignorantes, pues usan esa realidad a su favor, es lo único que se me puede ocurrir ante este cúmulo de descuido inaudito y de abuso constante con decisiones tan destructivas.