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Santo Domingo

Clientelismo en programas sociales

Carlos Manuel Manzano Contreras

Muchos políticos que se nutren del intercambio de favores ocultan sus prácticas clientelares en diferentes programas de la administración pública, sobre todo en aquellos relacionados con la asistencia social.

Estas prácticas, tienen como tendencia incrementar su posicionamiento en el electorado, procurando beneficiar a sus comunidades, ofreciendo “asistencia social” o transferencias monetarias, dependiendo de las necesidades que tenga el cliente político.

Sin embargo, estas prácticas requieren de un nivel de financiamiento muy elevado, por lo que la facilidad para promover y realizar estos programas recae principalmente en el partido político que controla el Poder Ejecutivo o el Poder Legislativo.

Es claro que el estado de vulnerabilidad que vive la sociedad dominicana, ha creado condiciones de pobreza que hacen más compleja una participación consciente y transparente en los procesos democráticos.

La deuda social que históricamente ha tenido el Estado con la sociedad dominicana ha sido utilizada en su provecho para los partidos políticos ejercer, desde el poder, prácticas clientelares.

Consultar y evaluar el destino de los fondos de forma exhaustiva, durante las campañas electorales, se vuelve sumamente necesario cuando la discrecionalidad e incertidumbre sobre la utilización de éstos es altamente preocupante.

El mayor daño de los beneficios otorgados con intereses clientelares radica en que los resultados son significativamente espurios, provocando una continua y permanente dependencia de los “favorecidos”,  ya que no están orientados a aumentar, eventualmente, las capacidades de la población en generar riqueza propia.

No se trata ni siquiera de políticas gubernamentales y menos aún, de políticas de Estado.

En este sentido, dar seguimiento al uso y destino de los fondos destinados al gasto social es inminentemente necesario, principalmente cuando existen incrementos irregulares en los periodos electorales.

Una gran cantidad de planes y programas que prometen alcanzar metas de bienestar en el corto y mediano plazo que, en su fase de ejecución son postergados y cuyos resultados ni siquiera se acercan a los proyectados.

Programas como el bono escolar, bono luz, bono gas,  alimento solidario para adulto mayor, alimento solidario para personas en situación de vulnerabilidad, vivienda feliz, generación de oportunidades, acompañamiento y fortalecimiento social, Promese, alto costo, entre otros,  son utilizados penosamente con fines políticos-partidarios.

No hay dudas que el apoyo que han brindado los programas sociales a múltiples familias vulnerables ha generado el respaldo de las comunidades hacia el partido político que promueve estas iniciativas.

El rasgo clientelar más visible del clientelismo es querer mostrar como iniciativas “partidistas” esas asistencias, cuando en realidad son obligaciones del Estado en su conjunto con la finalidad de asegurar una vida digna para todos.

Por todo lo anterior se puede deducir que la instrumentalización de la asistencia social ha mostrado un medio de campaña electoral para aquellos políticos que pretenden posicionarse en el electorado  a través de estas  malas prácticas.

Debemos promover la vigilancia y el cumplimiento de un proceso electoral transparente, procurando la rendición de cuentas como un principio fundamental, con el fin de erradicar los rasgos clientelares en los beneficios otorgados a la población.

Se deben propiciar los mecanismos de participación ciudadana necesarios que procuren la valoración y vigilancia de los programas asistenciales y su utilización como medida para el desarrollo humano.

Para superar la reproducción de la pobreza debemos pensar menos en programas asistenciales que resuelven necesidades inmediatas de los más necesitados, y más en la generación de oportunidades que permitan acceder a empleos y emprendimientos mejor remunerados.

Iniciativas como el acceso al primer empleo, programas de pasantías, programas de orientación laboral, alianzas entre el sector productivo, sector educativo, y las comunidades, deben ser ejes de acción con miras a evitar que la pobreza se siga multiplicando en la República Dominicana.

En verdad, no he visto qué tan efectivos han sido los programas e intervenciones gubernamentales en los planes de asistencia social que se promueven desde el gobierno, a los fines de mitigar la pobreza.

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