José Rafael Sosa

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Medias Hermana es una  comedia que debe ser tomada en serio porque aborda asuntos serios en clave humorística.

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La película es, en esencia, un canto reflexivo sobre la familia, el machismo heredado, la infidelidad y la responsabilidad paterna. Su virtud es convertir esas tensiones en una narración cálida, rítmica y sostenida en un guion que administra la risa con sensibilidad y astucia.

El guion explora las diferencias temperamentales y emocionales de dos hermanas que se descubren súbitamente unidas, detonando un choque de realidades que abre paso a revelaciones tan inesperadas como conmovedoras.

Yoel Morales, director joven, adapta una pieza peruana de 2021 dirigida por Ani Alva Helfer y escrita por Ítalo Cordano. Aquel filme original, de recepción discreta, fue considerado por la crítica como una comedia ligera y olvidable, con actuaciones acartonadas y escasa química entre sus protagonistas. Su impacto taquillero en Perú —19 mil espectadores en un país de 33 millones de habitantes— evidencia su alcance limitado. Un dato para tomar en cuenta en relación con lo que pudiera pasar con la taquilla ahora en el país.

En cambio, Morales opera con una destreza particular dentro del cine comercial dominicano. Logra una versión diferenciada, que avanza entre la comedia ligera de sus dos primeros actos y una profundidad temática hacia el final, donde el mensaje se impone sin sacrificar gracia.

El director equilibra hábilmente actores profesionales con figuras provenientes de la música urbana o las redes sociales. El resultado es un elenco vivo, de aceitada química y brillo interpretativo. Su mayor logro quizá es no repetirse como realizador de cine independiente —donde sus márgenes creativos son otros— y ajustarse con inteligencia a los códigos de una comedia de fórmula. Que nadie espere una prolongación de Bachata del Biónico (2024); aquí corre otra sangre dramática.

Entre las actuaciones destacan Frank Perozo, Nashla Bogaert, Xiomara Rodríguez e Irving Alberti. También resalta el desempeño de talentos naturales, perceptible al comparar la frescura de la debutante Ramcelis de Jesús con los momentos más intensos de Perozo y Bogaert.

Nashla exhibe dominio absoluto de las emociones complejas, apoyada en una trayectoria fílmica sólida que reafirma su presencia orgánica en pantalla.

Ramcelis de Jesús, por su parte, consigue igualarse en ritmo emocional, logrando una química convincente y disfrutable, con secuencias de intensidad bien sostenidas.

Frank Perozo reafirma su versatilidad y entrega una actuación brillante. Irving Alberti aporta el contrapeso de sensatez familiar, convertido en brújula afectiva y moral.

Una mención especial merece Xiomara Rodríguez, quien se roba la escena en un momento memorable: parada en una puerta, con un parlamento mínimo y una economía gestual admirable, consigue un nivel de expresividad digno de análisis académico. Es una de esas escenas que parecen pequeñas, pero en manos de una actriz precisa adquieren potencia.

Medias Hermanas es, en esencia, un aporte valioso al género de la comedia dominicana. No es perfecta —su último acto experimenta cierta ralentización al centrarse en el drama familiar—, pero su conjunto es sólido, divertido y emocionalmente honesto.

La banda musical es resaltante, vinculando géneros populares del merengue en versiones de grupos conocidos (Krispy y Los Ilegales), dando espacio a un sorprendente talento nuevo del típico (El rubio del Acordeón) y apelando a talentos del género urbano, que bueno.., tienes sus observaciones líricas ….

El mercadeo tiene un desliz: el cartel oficial por el uso excesivo de retoques digitales que desfiguran el rostro de Nashla Bogaert —una mulata dominicana hermosísima convertida, vía Photoshop, en un rostro ajeno. El afiche debió priorizar tema y no apariencias.

Medias Hermanas es una comedia de peso artístico y buena realización técnica. Es una producción vigorosa que hace reír a carcajadas y, al mismo tiempo, invita a pensar sobre los vínculos familiares. Garantiza una experiencia agradable y emotiva desde la pantalla grande.