El pueblo dominicano dio una demostración de civismo en las elecciones municipales de este domingo 18 de febrero. Hubo incidentes menores, como siempre, pero la población cumplió con su deber.
La Junta Central Electoral, liderada por su presidente Román Jáquez, también pasó la prueba con alta nota. Los observadores nacionales e internacionales así lo validaron.
Los partidos, con sus debilidades ancestrales, también estuvieron a la altura.
En fin, las votaciones fueron una fiesta de la democracia.
Solo esperamos que las presidenciales y congresuales de mayo sean iguales o mejores que estas.
Y que se supere la abstención, un fantasma que sigue permeando los comicios dominicanos.
