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Santo Domingo

Jugando a la politiquería ante al problema haitiano

Balbueno Medina

La población dominicana se está hartando de la forma en que tradicionalmente se han venido comportando muchos de sus actores políticos, que en aras de sacar provecho a cualquier situación se oponen para evitar que avancemos como país, porque beneficiará a los gobernantes de turno.

Esa vieja práctica de la política dominicana nos ha hecho daño a todos, incluyendo a los propios partidos cuando han estado detentando el poder, precisamente porque las acciones que se han querido llevar a cabo a favor del país, terminarían beneficiando a los competidores internos que dirigen los gobiernos.

Tal fue el caso del proyecto hidráulico de Madrigal, que resolvería el problema de desabastecimiento de agua de la capital dominicana, que en la década de los 80s mantuvo enfrentados al presidente Salvador Jorge Blanco con el entonces presidente del Senado Jacobo Majluta, el cual sucumbió por la radical oposición que el segundo le montó en el Congreso Nacional donde termino engavetado.

Hoy día, en nuestro país, vuelve a repetirse esa mala experiencia de nuestra historia de cara a un problema tan serio y conflictivo como el que significa para la República Dominicana el colapso de la vecina nación de Haití, cosa que no han podido entender los sectores de la oposición que se han negado a colaborar con la solución de ese problema.

Se niegan a participar en las discusiones del pacto por la solución de Haití y en las comisiones que gestionarán ante los organismos internacionales una respuesta de la comunidad internacional a la solución del problema haitiano, porque no quieren que el gobierno logre una salida satisfactoria a la crisis antes de las elecciones del año 2024.

Sin embargo, mientras ellos piensan de esa manera por conveniencia política, el pueblo dominicano que ha venido resistiendo en carne propia el peso de la crisis haitiana y que esperaba una respuesta conjunta de la clase política a la problemática, ha estado sopesando la negativa de esos sectores a participar en el pacto que considera debemos enfrentar todos los dominicanos como un solo país.

Es de ahí, que quienes en vez de contribuir con su participación y propuestas a la solución de la problemática haitiana han querido replegarse para proyectar una imagen de desunión del pueblo dominicano, tendrán que abstenerse a las consecuencias electorales del año 2024, en caso de que la crisis del vecino país se agudice y la República Dominicana se vea obligada a tener que soportar un peso más extremo que el que ha venido aguantando en los últimos años.

Como diría cualquiera de nuestros ciudadanos, “los dominicanos no somos tontos y conocemos al cojo sentado y al ciego durmiendo”, por lo que el menos avezado es capaz de interpretar que por tratarse del momento político que se vive en el país, los partidos de oposición que se han negado a participar en el dialogo han decidido boicotear esa iniciativa del gobierno que busca defendernos de la crisis haitiana.

Todavía están a tiempo de recapacitar porque apenas se han producido dos reuniones en las que el gobierno y los sectores políticos que han mostrado interés en buscar una solución definitiva a la crisis haitiana, han hecho planteamientos que servirán de base a las gestiones que se harán en el campo internacional para lograr que la comunidad internacional se integre a la búsqueda de una solución para el vecino país.

Si en cambio persisten en la tozudez y en la desproporcionada manera de hacer política al estilo antigua, se lamentaran del castigo que recibirán de la población dominicana que ha venido dando demostraciones de que ha madurado frente a los temas que son de la competencia de la colectividad nacional.

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