Alaska Cuevas
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La representante interina de UNICEF en República Dominicana, Anyoli Sanabria, advirtió que los niños y niñas con discapacidad están entre las principales víctimas de violencia en el país, una problemática que refleja las brechas sociales, culturales y emocionales en el seno de las familias dominicanas.
Durante una entrevista en la que analizó los hallazgos de la última encuesta de indicadores múltiples (MICS), Sanabria explicó que la violencia hacia la infancia sigue siendo una realidad generalizada y normalizada en República Dominicana, afectando incluso a los más pequeños: el 70 % de los niños entre 3 y 4 años ha experimentado algún tipo de violencia dentro del hogar.
Violencia en la discapacidad
“Los niños con discapacidad sufren más violencia”, afirmó Sanabria, al señalar que muchos padres no cuentan con apoyo ni orientación para manejar las necesidades específicas de sus hijos. “Hay familias que viven mucho estrés, desconocimiento y estigma. Algunos padres incluso perciben la discapacidad como un castigo, y eso agrava la situación”.
Para la representante de UNICEF, la falta de acompañamiento institucional y de políticas públicas integrales deja en vulnerabilidad extrema a niños y niñas que ya enfrentan barreras de inclusión y cuidado, generando un ciclo de dolor y exclusión.
La pobreza como factor de violencia
Sanabria también identificó la pobreza y la sobrecarga económica como factores que potencian la violencia. “Una madre con varios hijos, sin apoyo, sin estabilidad económica, está sometida a un nivel de estrés que puede hacerla reaccionar de forma violenta ante cualquier situación”, explicó.
El consumo de alcohol, las drogas y la desigualdad de género agravan este contexto, creando entornos familiares donde la violencia se repite como un patrón. “Tú eres violenta conmigo, yo soy violenta con el más pequeño. Así se va tejiendo un hilo conductor perverso”, puntualizó.
Niños de 3 y 4 años: el estrés tóxico apaga áreas del cerebro
La representante de UNICEF describió con preocupación los efectos de la violencia temprana en el desarrollo cerebral. “El maltrato continuo genera estrés tóxico y afecta el desarrollo neuronal. Hay áreas del cerebro que literalmente se apagan”, señaló.
Comparó estudios de imágenes cerebrales entre niños criados con afecto y otros expuestos a violencia: “Los primeros tienen conexiones neuronales activas; los segundos muestran zonas apagadas. Es un daño que los acompaña toda la vida”, advirtió.
La violencia hacia la infancia “es democrática”
Contrario a lo que se suele pensar, la violencia infantil no es exclusiva de los sectores pobres o rurales. “Se da en todos los niveles educativos y socioeconómicos; es un fenómeno democrático”, dijo Sanabria.
Explicó que la diferencia radica en el acceso a información y formación. “La educación de los padres influye directamente en cómo se cría. Quien tiene más herramientas emocionales y educativas, tiende a reproducir menos violencia”, agregó.
La educación de los padres influye en la reducción de los niveles de violencia
Para UNICEF, la formación parental es la herramienta más poderosa para romper el ciclo de violencia. “Educar para ser padres es fundamental. Hay que enseñar cómo establecer límites sin gritar, cómo escuchar sin perder autoridad y cómo corregir sin humillar”, indicó.
La organización impulsa programas de crianza positiva, que promueven el acompañamiento respetuoso, la comunicación y la empatía. “No se trata de dejar que los niños hagan lo que quieran, sino de guiarlos desde el afecto y la comprensión”, explicó Sanabria.
Las uniones siguen ocurriendo porque son un patrón cultural
Sanabria recordó que, pese a la prohibición del matrimonio infantil, las uniones tempranas persisten en República Dominicana. “Se eliminó el matrimonio infantil del Código Civil, pero las uniones siguen ocurriendo porque son un patrón cultural. No basta con cambiar la ley, hay que cambiar las creencias”, advirtió.
Estas uniones, agregó, perpetúan el embarazo adolescente y la desigualdad de género. “Son expresiones de violencia estructural que siguen robando oportunidades a las niñas más vulnerables”, afirmó.
Suicidios en la infancia: no se detectan las señales a tiempo
La funcionaria expresó su preocupación por el incremento de suicidios en niños y niñas, un tema que considera “doloroso y evitable”. “Cuando un niño llega a ese punto, es porque muchos adultos fallaron. Padres, maestros, cuidadores: no supimos ver las señales”, lamentó.
Entre los signos de alerta mencionó el aislamiento, la irritabilidad, los trastornos del sueño o del apetito y el retraimiento social. “Cada cambio de comportamiento es una señal que debe observarse con atención”, insistió.
Profesionales de servicios de salud de RD tienen gran desafío para detectar señales de salud mental
Sanabria subrayó que el país enfrenta un enorme reto en la capacitación del personal de salud, educación y servicios sociales. “Los servidores públicos que trabajan con niños deben saber identificar signos de maltrato o depresión. A veces el niño está dando señales, pero nadie las reconoce”, expresó.
UNICEF considera esencial fortalecer la formación emocional y psicológica de estos profesionales, quienes son la primera línea de detección y acompañamiento de casos de violencia y riesgo mental.
Llamado final: Eduquémonos para ser padres y reducir la violencia
Para cerrar, la representante hizo un llamado a la reflexión colectiva. “Los niños no vienen con un manual bajo el brazo, pero todos podemos aprender. Hay programas, hay información, hay experiencias compartidas. Lo importante es prepararnos mejor”, afirmó.
Sanabria insistió en que educar desde el amor es la base del cambio social: “Si nos guiamos por el amor hacia nuestros hijos, siempre sabremos qué es lo mejor para ellos. Eduquémonos para ser mejores padres y madres; es el camino más seguro para reducir la violencia”.