Humberto Almonte
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Analista de Cine
En donde exista confusión, el cine o el creador cinematográfico tiene la obligación de aclarar, o en todo caso, entregar al espectador una hoja de ruta o un mapa que lo ayude a llegar a una comprensión clara de lo que ve y oye, siguiendo el camino de una explicación satisfactoria o quizás un panorama narrativamente menos impreciso de los hechos. Lamentablemente ese no es el caso de la película 7 de Julio (July 7).
Aun en medio de toda la confusión que existe en el caso del asesinato del presidente de Haití Jovenel Moïse, esta obra parecería pretender dar una explicación para esclarecer tal suceso. En vez de eso, agrega una capa de incertidumbre a la que ya teníamos, y esa no es la finalidad a la que debería estar adscrito ningún creador artístico, como espectadores tenemos derecho, pues hemos invertido tiempo y dinero para acceder a las obras, a una versión creíble de lo que se nos presenta, sea ficción o documental.
La trama se centra en la universitaria Shedeline quien investiga al presidente de Haití Moïse para escribir sus memorias, pero se ve envuelta en los acontecimientos relacionados con su asesinato, presenciando el caos político y la verdad detrás de su muerte.
La dirección pertenece a Robenson Lauvince y el guion es de Paul Henry Athis y Gary Victor. El elenco lo componen Jimmy Jean-Louis, Raquel Pelissier, Paul Henry Athis, Anthony Alvarez, Tico Armand, Pedro Moreno, Johnnie Mercedes, Eddy Francois, Evens Jn Baptiste, Jacques Bourjolly Jr., entre otros.
Lauvince probablemente tuvo la intención de ficcionar un acontecimiento traumático, eligiendo elementos de la religiosidad popular haitiana, pero no logró superar las nieblas que lo cubren ante una parte del público fuera de Haití y a un grupo de analistas. Nada queda claro, incluyendo para quien les escribe, pues la estructura narrativa hace naufragar los planteamientos del realizador.
¿Adónde vas Jovenel?
Como afirmaba el historiador cinematográfico Marc Ferro en su libro El Cine, una Visión de la Historia: «El análisis de los sucesos, síntoma y revelador de las enfermedades del funcionamiento de las sociedades, es evidentemente la llave de oro del análisis histórico del cine», y esto no se logra con una narrativa “copia y pega” inspirada en lo literal, y mucho menos echando mano a una ficción llena de obviedades folklóricas.
Salpicada de cierta cantidad de detalles sobre la infancia del presidente Renel Monise (Jimmy Jean-Louis), la película acude al personaje de la estudiante investigadora Shedeline (Raquel Pelissier) para sumergirse en los hechos y desentrañar los secretos de este crimen de estado que sigue sin conseguir develar la identidad de los autores intelectuales o planificadores fuera de toda duda o elucubración, dadas las frágiles e imprecisas pruebas presentadas.
La fragmentación de la estructura narrativa en tramas y subtramas que van desde la traición, las ambiciones de poder de varios sectores sociales e individuos, tanto nacionales como internacionales, el cruce de las líneas normativas de las estructuras religiosas por parte del presidente, no desembocan necesariamente en un callejón sin salida, pero si en un final tan sorpresivo como insatisfactorio para los planteamientos discursivos de esta obra cinematográfica.
Si nos adentramos en lo actoral, debemos señalar que solo en Jimmy Jean-Louis como el presidente Renel Monise alcanza por momentos una efectividad expresiva de cierto nivel gracias a sus reconocidas habilidades interpretativas, mientras que Raquel Pelissier en el rol de Shedeline Jaques no trasciende en ningún momento más allá de su bella presencia.
7 de julio (July 7) es un conjunto de viñetas que no terminan de constituirse en una historia coherentemente dramática, pues su desarrollo está plagado de escenas dialogadas en exceso u otras de acción que no llegan a verse creíbles ni reales. Para poner un ejemplo, solo el niño admirador del presidente en sus escenas, consigue alguna organicidad, pero estos son pequeños fragmentos. No toda la película camina en ese tono.
De Jean-Jaques Dessalines a Renel Monise
La esquematicidad con la que es presentada la religiosidad popular haitiana, impide que un público no-haitiano perciba la influencia de este elemento en los rejuegos de poder en Haití, pues su presentación no trasciende lo meramente ilustrativo, sin llegar a profundizar.
7 de julio (July 7) de Robenson Lauvince es un intento de acercarse a las raíces profundas del asesinato del presidente de Haití Jovenel Moïse, que no consigue trascender la confusión que la investigación del caso aun padece. En este caso, la ficción no supera lo real y menos aún la realidad es realzada por lo ficticio, como Marc Ferro apunta sobre el buen cine de género histórico.









