Recientemente la jueza Ana Lee Florimón, del Segundo Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional, n alegó ser víctima de persecución, debido a las funciones que desempaña.
Muchos creerían que es una simple denuncia por sus enfrentamientos ocasionales con el Ministerio Público. Y no es así.
La jueza Ana Lee Florimón es la apoderada para el control de las investigaciones del caso Calamar y fue recusada por el ministerio público.
Ella denuncia campañas de descrédito de que han sido víctimas los jueces por impartir una justicia independiente, sobre todo si son mujeres y jóvenes.
Por eso el Poder Judicial realiza las investigaciones de lugar al igual que la Procuraduría General.
En el pasado hubo está práctica miserable. Y no debe repetirse.