MILWAUKEE – Los Cerveceros no siempre dependen del jonrón, pero aun así encuentran la manera de ganar.
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Eso no sorprende a un viejo conocido como Willy Adames.
“Siento que corren mucho y se ponen en posición de anotar casi siempre”, dijo el campocorto de los Gigantes, cuyos 87 jonrones en sus tres temporadas completas con los Cerveceros entre 2022 y 2024, antes de llevar su poder a San Francisco, fueron por mucho la mayor cantidad en el club. “Si haces eso, no importa si conectas cuadrangulares o no”.
Adames pegó un par de jonrones solitarios en su antigua casa —el primero en el primer pitcheo que vio después de que una multitud de 41,716 aficionados lo recibiera con una ovación de pie—, pero Milwaukee se quedó con la victoria 5-4 en el American Family Field la noche del viernes gracias a su pitcheo, jugadas defensivas espectaculares y garra hasta el último out, cuando William Contreras conectó el primer jonrón de oro de su carrera para sellar la 20ma victoria del club en sus últimos 25 juegos.
Fue una victoria clásica de los Cerveceros versión 2025. El abridor José Quintana y tres relevistas contaron con defensa de lujo, incluyendo atrapadas saltando de Andruw Monasterio (titular porque Joey Ortiz ingresó a la lista de lesionados más temprano en el día) en la tercera entrada y de Andrew Vaughn en la primera base en el quinto capítulo, la carrera a toda velocidad de Brice Turang para atrapar un elevado corto en el derecho en el sexto, y el tiro del jardinero central Brandon Lockridge para poner out a un corredor en tercera en el séptimo, cuando el juego estaba empatado.
En cuanto a la ofensiva, Milwaukee ganó a base de pequeñas dosis de presión. Dos lanzamientos desviados produjeron dos carreras para empatar 2-2 en el cuarto episodio, y el rally de dos anotaciones en la séptima comenzó con Monasterio siendo golpeado por un pitcheo y seguido por un toque de bola que Turang convirtió en infield hit.
Cuando los Gigantes empataron en la parte alta de la novena con su propia versión de un rally de Cerveceros —un sencillo de Dom Smith que golpeó la rodilla derecha del cerrador Trevor Megill movió la carrera del empate a tercera, seguido por un lanzamiento descontrolado que permitió anotar—, Milwaukee aún tuvo la última palabra.