Humberto Almonte
Analista de Cine
“El amor y el interés se fueron al campo un día y más pudo el interés que el amor que te tenía”, podría ser la sinopsis perfecta de Amores Materialistas (Materialist), una aproximación sentimental/financiera a los matrimonios o las relaciones de pareja que aparece en nuestras pantallas y que corre el riesgo de pasar desapercibida, pese al indudable interés de sus planteamientos.
Las comedias románticas más exitosas suelen tener un cierto sabor agridulce, por lo que no deja al espectador totalmente tranquilo pese a la frecuente melosidad de su propuesta narrativa, provocándole a éste una cierta desazón, un mecanismo de compensación, que bien usado, usualmente da buenos resultados.
La historia está ambientada en la cultura de citas de lujo de Nueva York, nos habla de que el lucrativo negocio de una casamentera se complica cuando cae en un tóxico triángulo amoroso que amenaza a sus clientes.
Céline Song dirige y se hace cargo del guion en la continuación de su exploración de las relaciones modernas, como ya hizo en Vidas Pasadas (Past Lives – 2023). El elenco está compuesto por Dakota Johnson, Chris Evans, Pedro Pascal, Zoë Winters, Marin Ireland, Dasha Nekrasova, entre otros.
Esta Rom-com (Comedia romántica) de Song, salta en el medio de esa tormenta de percepciones, egos, inseguridades, necesidades de afectos y búsqueda de socios para la constitución de esa institución social que es el matrimonio por medio de una casamentera a la que podríamos darle un título más apropiado como bróker o vendedora, en una película que se debate entre la crítica al matrimonio y a las relaciones de pareja en su estado actual o en la validación del viejo lema del amor como vencedor de todos los obstáculos.
Matrimonio Inc.
Toda la trama gira alrededor de tres personajes muy definidos como lo son, Lucy la casamentera (Dakota Johnson), una ejecutiva de nivel medio, Harry (Pedro Pascal), un rico financiero y John (Chris Evans), actor, trabajador de una empresa de catering y ex novio de Lucy. Los tres buscan a su manera las cosas que mueven la trama como ganarse la vida y hacerse de una pareja.
Song, la realizadora, sitúa la acción alrededor de Lucy y su empresa casamentera Adore que es una mezcla de bolsa de valores para las transacciones de compra y venta de ilusiones entre la empresa y sus clientes, en donde el cliente infla sus realidades financieras, existenciales y físicas para que la empresa se la venda a otra persona, que a su vez, falsea las mismas cosas para así encontrar el amor verdadero, el matrimonio o algo parecido.
Lucy cae en la misma trampa que sus clientes, ya que podemos notar a simple vista, que no es tan diferente a ellos. Al igual que esos clientes, ella, la supuesta experta en relaciones, se conforma con la pareja que tiene a mano y que la soporta (pues esa pareja es la que se acerca a sus posibilidades emocionales y financieras), así que la paradoja está servida.
Amores Materialistas transita por la crítica hacia la institución matrimonial y a las relaciones sentimentales manejadas como una transacción comercial a secas, obviando el amor o los sentimientos como componente vital, para terminar diluyéndose y transformándose en otro ejemplo de la estética gatopardiana: “Todo cambia para que todo siga igual”. Y que conste, que no nos referimos al tema, sino al abordaje de Song.
El trio compuesto por Dakota Johnson, Chris Evans y Pedro Pascal, se destaca por cumplir con sus personajes y llevarlos por unas vías interpretativas que se limitan a intervenir de manera decente en sus roles, pero no más de ahí, así que no esperen actuaciones sobresalientes.
Uno que otro chispazo actoral de Zoe Winters como Sophie o de Marin Ireland como Violet, es todo lo que conseguirán.
Materialistas a mucha honra y nunca dialécticos
Estructuralmente, es destacable la atmósfera que desarrolla esta fábula social fallida, asentada sobre todo en el ritmo moroso del montaje de Keith Fraase, su acertada dirección artística y de producción, la musicalización precisa, de la cierta elegancia de su guion y de la hermosa fotografía en 35 mm. de Shabier Kirchner, quienes hacen del visionado de esta propuesta una experiencia estética placentera.
Amores Materialistas (Materialist) de Celine Song es una aproximación irregular e inconsistente al matrimonio y a las relaciones de pareja. La crítica hacia esos contextos y acontecimientos sociales, termina finalmente en una reafirmación del discurso que justifica la banalización comercial de esas interacciones sentimentales, y a lo mejor Song ignora aquello de que “Lo importante no es como se inicia sino como se termina”.