Giovanna Ferullo Mena
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Ciudad de Panamá,.- La descarbonización es uno de los retos de la Organización Marítima Internacional (OMI). Este ente de la ONU reconoce que la implementación de las medidas que impulsa para lograr las cero emisiones netas para el 2050 tienen un costo económico y pide al sector asumirlo tras años de invertir en contaminar el ambiente, como expresó su secretario general, el panameño Arsenio Domínguez.
En el marco de una visita a Panamá, el secretario general defiende el llamado Marco ‘Net-Zero’, que establece normas regulatorias sobre el combustible marino y los precios de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), frente al rechazo abierto de Estados Unidos – que lo ha tildado de “impuesto global al carbono” que favorecería a China – o las preocupaciones de países en desarrollo que temen impactos negativos desproporcionados para ellos.
“Por supuesto que hay costos en cuanto a la implantación de las medidas económicas y las medidas técnicas para descarbonizar el buque, pero debemos reconocer al mismo tiempo que por muchos años también hemos invertido en contaminar el ambiente”, afirmó Domínguez esta semana en un encuentro con periodistas en la Cancillería panameña.
El plan de la OMI “es una forma en la que el sector marítimo demuestra su responsabilidad, a pesar de solamente contribuir con aproximadamente el 3 % de las emisiones globales”, agrega.
“Y las normas de la organización siempre tienen un impacto económico, ya sean las de seguridad, las de protección o las del medio ambiente”, dice Domínguez.
El llamado marco regulatorio ‘Net-Zero’ fue aprobado en abril pasado durante la 83ª sesión del Comité de Protección del Medio Marino (MEPC) en Londres. Se adoptará formalmente en octubre próximo antes de entrar en vigor en 2027 y sus medidas serán obligatorias para los grandes buques transoceánicos de más de 5.000 toneladas, que emiten el 85 % de las emisiones de CO2 del transporte marítimo internacional.
El objetivo de estas “medidas económicas es reforzar y apoyar la estrategia para reducir y eliminar las emisiones de carbono alrededor del año 2050”, reitera Domínguez, sin dejar de reconocer que “por supuesto que hay algunos países que tienen preocupaciones que es necesario abordar”.
Una proceso iniciado hace más de una década
Pero “esta no es una labor nueva”, pues la OMI comenzó “a abordar esas medidas desde el 2011 y en abril pasado demostró que el multilateralismo sigue estando vigente” al aprobarlas, expresa Domínguez.
El marco ‘Net-Zero’ introduce un primer mecanismo global para fijar los precios de las emisiones, que junto con incentivos financieros pretende animar a las compañías navieras a usar combustibles y tecnologías más limpias y de cero emisiones, tales como el metanol renovable o el amoniaco.
Este mecanismo de tarifas se aplicará a una parte de las emisiones del transporte marítimo a partir de 2028, con un precio inicial de 100 dólares/tonelada de CO2, y prevé generar ingresos de entre 11.000 y 13.000 millones de dólares anuales que se destinarán de forma equitativa y con especial atención a los países y Estados insulares menos desarrollados.
“Es importante reconocer que este (el marítimo) es un comercio global, y es por eso que necesitamos una sola medida a nivel global”, explica, destacando que las regulaciones impulsadas por la OMI “van a acabar aportando financieramente a esa transición que el sector marítimo necesita y que nadie va a poder financiar”.
Sostiene además que “ya está establecida la constante revisión del impacto que puedan tener estas medidas, no solo en el comercio marítimo internacional sino también en los países, particularmente en los países en vías de desarrollo”.
La OMI “siempre busca el multilateralismo y abordar todas las preocupaciones” que puedan tener sus 176 miembros, afirma.
Medidas ambientales más allá de las emisiones
La OIM desarrolla una agenda de temas ambientales que va más allá de las emisiones de carbono. Así, el ente de Naciones Unidas tiene “años trabajando en disminuir y evitar la transmisión de especies invasoras”.
Un buque comercial puede fomentar la dispersión de especies invasoras mediante el agua de lastre y las bioincrustaciones en su casco.
“Estamos abordando también la reducción del ruido submarino proveniente de los buques (…) y venimos aumentando nuestro impacto en cuanto al establecimiento de zonas especiales donde transitan buques, donde se introducen medidas adicionales de protección del medio ambiente y esto para contribuir de forma tangible a la implantación del acuerdo que entrará en vigor en cuanto a la biodiversidad más allá de las aguas jurisdiccionales”, detalla. EFE