Pedro Caba
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!
Los cultores del neoliberalismo (libre mercado sin regulación estatal) han emprendido una ofensiva en el país como si se tratar de la batalla final al comprobar que cinco años después el gobierno propicia un ambiente económico más humano, subsidia la energía eléctrica y entrega recursos a los más vulnerables además de preservar bienes públicos como las Ede obstaculizan la manipulación del mercado eléctrico.
Jamás esperaron que un jefe del Estado proveniente del empresariado fuera tan consistente en políticas sociales a la vez que promotor activo del desarrollo y la descentralización: iniciación del polo turístico IV del Suroeste y multipuerto-generador eléctrico-futura gran zona franca de Manzanillo reivindica al Cibao respecto a la hiper concentración de la capital.
La acumulación originaria de capital en los principales grupos económicos posibilitó la apropiación de los medios de comunicación escritos y electrónicos y la creación de estructuras tipo “think tank” locales (Andy-Aristy Escuder-Aníbal De Castro, Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles -CREES, Universidades como UPCMM- APEC y otras consultoras privadas sirven material básico a los medios promueven sus pensamientos y posturas neoliberales.
En las últimas semanas se siente en los medios escritos y electrónicos una presión concentrada de los “think tanks” para que el gobierno elimine los subsidios sociales, pase las Ede al sector privado porque, dicen, son la causa del eterno déficit fiscal y del endeudamiento.
De los sesudos análisis se ha pasado ahora a las graves advertencias, como ésta del periodista Aníbal De Castro, accionista y director de Diario Libre, propiedad del Grupo Punta Cana.
El trabajo se titula “la lección argentina. Las recientes elecciones marcan un viraje aún más pronunciado hacia el conservadurismo”.
Y nos trae estas severas recriminaciones:
“El cansancio, cuando se vuelve conciencia, se transforma en impulso de cambio. En ese sentido, la ola conservadora que crece en la región es menos un retroceso ideológico que una reacción a la ineficiencia del modelo anterior. Las sociedades no votan teorías: votan resultados. Y si los resultados son la inflación, la inseguridad y la corrupción, la fe en los discursos igualitarios se desvanece.
Las prácticas clientelares son el semillero de la corrupción y de la anemia de las instituciones. El espíritu de resiliencia se resiente por las políticas de los bonos graciosos, indiscriminados y oportunistas. No hay tal democracia que sobreviva endeudándose para regalar y no para producir más.
Quizás la lección argentina sea esa: los pueblos no se vuelven de derecha o de izquierda, se vuelven impacientes. Cuando el Estado deja de cumplir su parte del pacto, los ciudadanos buscan su propia salvación. La política, entonces, se vuelve espejo y devuelve la imagen de una sociedad que exige menos relato y más responsabilidad. Si algo puede salvar a la democracia es la madurez de reconocer sus excesos y rectificar a tiempo. Porque la libertad, sin disciplina, se disuelve; y el bienestar, sin esfuerzo, termina siendo deuda”.
Está claro que el contenido del artículo procura un cambio de rumbo radical en las políticas públicas sociales y económicas en el país, quizá motivadas por la incorporación al gabinete de un ministro de Hacienda y Economía de su misma línea de pensamiento.
En el artículo de referencia se cuela una frase que puede ser la clave para explicar el presente momento económico-social y político del país: “y el bienestar sin esfuerzo, termina siendo deuda.” Así concluye.
O sea, aquí hay bienestar, según se intuye.
Tal parece el autor no repara a diferencia de los últimos gobernantes, el actual jefe de Estado es empresario, economista y político. Que no es dable pensar su estrategia de gobierno responda a una improvisación conceptual ni a presiones internas o externas. También que su racionalidad y sensibilidad social terminen por imponerse en todos sus colaboradores.
El neoliberalismo parece estar librando su última y decisiva batalla de frente al escenario del próximo proceso electoral, favorecido de un ambiente local que madura, paso a paso, una sociedad democrática, en este momento, ejemplar en América Latina. Sin sobresaltos económicos y absoluta quietud social, sólo impactada por episódicos disturbios regionales que pronto se apagan.
Nota: dedicado a Inés Aispún.









