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Santo Domingo

Los recién nacidos

Manuel Hernández Villeta

El respeto a la dignidad humana comienza desde el primer día del nacimiento, es más, hay tratadistas que enfocan que el derecho a la vida es inalienable para el neo-nato.

Ahí se inscribe la lucha contra el aborto, el cual debe ser rechazado en una sociedad moderna, donde muchas lo ven como la mejor forma de interrumpir el embarazo producto de una noche de desenfreno sexual  y desamor alocado.

Las fibras sentimentales de muchos dominicanos parece que están melladas, se cruzan de brazos ante hechos tan horripilantes como el lanzar en fundas a seis cadáveres de recién nacidos, para que se los coman las ratas o los animales.

Los dominicanos no pueden perder la sensibilidad humana, la solidaridad, porque si no se corre el riesgo de que bordeemos la etapa primitiva de ser animales sin control ni discernimiento. Hay mucha indiferencia  ante el hecho de tirar a la basura a seis infantes, que no se sabe de qué murieron.

No hay ninguna justificación para que sin cumplir requisitos elementales y necesarios de respeto a la dignidad del ser humano, un hospital entregue a una funeraria esos cadáveres en fundas, para que ésta los ponga en manos de un zacateca, que los abandona de inmediato.-

La violación de un protocolo sanitario y de respeto a la dignidad del ser humano no se puede quedar a nivel de un camillero, el chofer de una ambulancia o un recogedor de cadáveres en un cementerio.

El ministerio de Salud Pública está ante un gran reto, con este hecho que todavía no está esclarecido. Debe haber una profunda investigación y las correspondientes sanciones. Hasta el día de hoy hay una pasmosa indiferencia del ministerio, que se da cuasi por no enterado, y ve el hecho en titulares de periódicos.

Unas preguntas inquietan: ¿cuál fue el protocolo para decir a los padres que sus hijos murieron?. ¿Los padres abandonan en los hospitales a los cuerpos de los recién nacidos?. Salud Pública debe dar respuestas a estas lacerantes  irregularidades.

Este lamentable incidente no debe quedar como titulares de los medios informativos, y las autoridades dando la espalda a un hecho espantoso. La investigación tiene que ser profunda, y lo ideal es que caigan cabezas de responsables. Que no se culpe a inocentes, para salir del escándalo.

Hay que fijar las reglas de protección a los recién nacidos y a los niños dominicanos, porque da la impresión de que en muchas ocasiones el auxilio que se les da se  queda como un acto circense, sin aplicar correctivos y muchos menos  proteger al indefenso. ¡Ay!, se me acabó la tinta.

 

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