El puerro es una hortaliza considerada pariente del ajo, la cebolla, la cebolleta, el cebollino, que utilizamos en la cocina durante todo el año.
Propiedades
El puerro es moderado en hidratos de carbono (7,5 g/100 g), bajo en proteínas (2 g) y rico en fibra (3 g).
Entre sus minerales destaca el potasio (260 mg), el calcio (60 mg), el fósforo (50 mg) y el magnesio (18 mg). Y, en menor cantidad, aparte del azufre, se encuentra el hierro y oligoelementos como el selenio, el manganeso y el silicio.
Respecto a sus vitaminas, sobresale la vitamina C (30 mg) y la E (2 mg), así como vitaminas del grupo B: folatos (127 mcg) y vitamina B6 (0,25 mg), importantes para los sistemas nervioso e inmunitario.
Los compuestos azufrados que están detrás de las virtudes del ajo y de la cebolla para mejorar la circulación, resistir las infecciones y prevenir el cáncer, también se encuentran en este bulbo, aunque en menor cantidad.
Beneficios
El aceite esencial del puerro es expulsado en parte por los pulmones, lo que tiene un beneficioso efecto microbicida en resfriados o bronquitis. Asimismo, la presencia de sustancias mucilaginosas y expectorantes contribuye a mejorar faringitis, laringitis, afonías y bronquitis.
Al ser alcalinizante y diurético debido a la elevada presencia de potasio y baja en sodio, comer esta hortaliza en casos de reumatismo, artritis o gota puede ayudar a las articulaciones inflamadas.
Por sus cualidades diuréticas, ayuda a disminuir la tensión arterial elevada. Asimismo, la aliína –el principio activo que también contienen el ajo y la cebolla– contribuye a reducir el colesterol sanguíneo, especialmente el llamado «malo» o LDH.
Los folatos y los polifenoles neutralizan, por su parte, los radicales libres. Esto previene la formación de placas ateromatosas en las paredes arteriales, la angina de pecho y el infarto.
Previene la formación de varices y otros trastornos venosos por su beneficiosa acción sobre los vasos sanguíneos (preserva su flexibilidad) y sus propiedades fibrinolíticas (fluidifica la sangre, lo que evita la formación de trombos).
Ayuda a combatir la presencia de hongos y bacterias patógenas gracias a sus sustancias microbicidas. La fibra y el mucílago también estimulan el tránsito intestinal, lo que alivia el estreñimiento y evita flatulencias.
La presencia de folatos contribuye al correcto desarrollo fetal, sobre todo en las primeras semanas de gestación. La mayoría de embarazadas toma suplementos de ácido fólico, pero es igualmente bueno incluir esta hortaliza en la dieta.
Usos
Se trata de una verdura que se consume a lo largo de todo el año, pero con más demanda en otoño, invierno y primavera.
Es una hortaliza que se recomienda por su alto porcentaje en sales minerales como fósforo, calcio y potasio.
Para el consumo, se utiliza la parte basal del mismo que comprende el bulbo y las hojas que se encuentran dentro de la vaina. Se usa como condimento para la cocina por su sabor agradable.
Es una hortaliza de la que suele utilizarse únicamente la parte basal cilíndrica, que corresponde al bulbo y al tramo de hojas envainadoras, que suelen blanquearse. Se utiliza, sobre todo, como condimento por su sabor excelente, cocinada, en sopas, gratinada, etc. (Castell Roig, 2001).
Prácticamente la totalidad del puerro producido (85%) se destina para el mercado en fresco. El resto de destina a la industria de transformación (MARM, 2009).
Historia
Se cree que procede de Mesopotamia, Egipto, Turquía e Israel, donde se consumía hacia el año 3000 ó 4000 a.C. Más adelante fue cultivado por los romanos, quienes, además de ser grandes consumidores de esta verdura, la introdujeron en Gran Bretaña, donde tuvo gran aceptación. Su nombre se asoció como «ajo de oriente» y era empleado para guisos de cocina y para medicina.
Aproximadamente en la edad media se extendió su cultivo en Europa y de ahí al resto del mundo. Conocido desde la antigüedad, los galos colgaban de sus cascos manojos de puerros, como elemento mágico-protector y de ostentación. Además se utilizaba para paliar el hambre de la época y las numerosas pestes y epidemias que se desencadenaron.
A partir de la Edad Media, el puerro comenzó a adquirir importancia porque su consumo contribuyó a paliar el hambre de aquella época. Fue entonces cuando su cultivo se extendió por toda Europa y, desde allí, al resto del mundo.
Países productores
Los principales países productores a nivel mundial, según datos oficiales de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), son, por orden de importancia: Turquía, Francia, Bélgica, Holanda, Polonia y Alemania.
Recetas
Crema de auyama y puerro
Ingredientes
2 Tazas Agua caliente
3 Tazas Auyama peladas y cortada en dados pequeños
1/2 Taza Cebolla Blanca Picada
1 Cucharada grande Mantequilla
1 Tableta Caldo De Gallina
1 Unidad Leche Evaporada 300ml
1/8 Cucharadita Pimienta Negra Molida Molida
1/2 Taza Puerro Picadito
Preparación
1. En una olla lleva al fuego el agua, la auyama, la cebolla, la mantequilla y el Caldo de Gallina. Cocina hasta que la auyama esté blanda, retira del fuego, deja refrescar.
2. Licua la auyama refrescada junto con la Leche Evaporada, lleva de nuevo al fuego, agrega la pimienta, cocina por 5 minutos o hasta que tome la consistencia deseada. Retira del fuego y sirve.
Creps de puerro y calabacín
Ingredientes
2 puerros
1 calabacín
100 g de queso de cabra curado
3 huevos
150 g de harina
¼ litro de leche
20 g de mantequilla
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Preparación
Para hacer la masa de las crepes, bate los huevos y añade la harina tamizada, la leche, dos cucharadas de aceite y una pizca de sal. Mezcla en la batidora hasta que quede una masa homogénea y sin grumos.
Funde la mantequilla en una sartén, vierte un cucharón de masa, extiéndela bien y deja que cuaje; dale la vuelta y cocina durante 1 minuto para que se haga por el otro lado. Repite la misma operación con el resto de las crepes y resérvalas.
Lava los puerros, corta la base con la raíz y retira las hojas exteriores más verdes. Pícalos y ponlos a pochar a fuego medio en una sartén con un poco de aceite. Sazona con sal.
Pela el calabacín, córtalo en daditos y añádelo. Tapa y deja hasta que la verdura esté lista.
Coloca en un lado de cada crepe una porción de la mezcla de verduras y unos trocitos de queso.
Dobla las crepes en dos y luego otra vez (tiene que quedar un triángulo). Sirve enseguida con un poco de queso rallado por encima y un poco de juliana de puerro para decorar.
Puerros gratinados
Limpiar los puerros y cocerlos unos 20 minutos con agua y sal. Luego, escurrir y envolver cada puerro con una loncha de jamón. Regar con un chorrito de nata y cubrir con queso rallado. Gratinar 3 min.