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Santo Domingo

Las vías de encuentro en la Cumbre UE-CELAC

Raquel Godos

La pugna geoestratégica entre EE.UU. y China, los retos ante la crisis climática o la seguridad alimentaria son aspectos acuciantes sobre los que América Latina y la Unión Europea pueden acercar posturas en la Cumbre UE-CELAC, que se celebrará la semana que viene en Bruselas.

La Cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) será la primera de la presidencia española de la UE y un encuentro muy esperado tras ocho años sin celebrarse.

En él se pretende sentar las bases para un nuevo diálogo permanente entre ambas regiones, aunque podría terminar con menos avances de los deseados en materia comercial y de cooperación; con la reticencia, además, de ciertos Gobiernos latinoamericanos a abordar las implicaciones de la guerra en Ucrania.

“Hay un interés absolutamente compartido y que debiera primar como producto sistémico de la relación, y es que todos aquellos que no somos China o EE.UU., nos vemos sometidos a presiones por ambos y esto incluye tanto a los países de América Latina y el Caribe pero sin duda también a Europa”, explica a EFE Paulina Astroza, directora del Centro de Estudios Europeos de la Universidad de Concepción, en el sur de Chile.

Astroza insiste en que tanto los países europeos como los países del hemisferio occidental tienen la oportunidad de “crear una alianza estratégica” con voluntad y una “clara conciencia” de lo que está ocurriendo a nivel internacional y la oscilación del poder hacia Asia.

Y dentro de ese contexto, uno de los factores fundamentales es la lucha contra la crisis climática. Íntimamente ligada a la independencia energética y la seguridad alimentaria, Europa ha hecho de ella una de sus prioridades y a nivel global no puede entenderse sin contar con la región que alberga el Amazonas, pulmón del mundo, y gran parte de los recursos naturales del planeta.

“Pensando en que en América Latina algunos países, como por ejemplo el propio Chile, estamos dentro de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático, pero siendo que la gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe no somos contaminantes netos, son justamente China y Estados Unidos los mayores”, apunta Astroza.

“Entonces ahí tendríamos un punto en común, pero cada vez que encontramos estos temas chocan también con ciertos intereses en los cuales los europeos también tienen que asumir que, en parte, hay empresas europeas que cuando vienen a invertir y a explotar recursos en América Latina no tienen el mismo estándar de cumplimiento de normas básicas para cuidar el medio ambiente y muchos de ellos hacen en América Latina lo que no hacen en Europa”, subraya.

Pese a las tensiones que ha podido causar la falta de consenso entre los países latinoamericanos para alinearse con la UE respecto a la guerra en Ucrania, los efectos de esta no son ajenos a la región, afectada por fuertes procesos inflacionarios, mientras que Europa busca aumentar su independencia energética y necesita mejorar y diversificar su cartera de importaciones alimentarias y recursos fósiles.

Para lograr sus objetivos ecológicos, pero también para atajar las necesidades energéticas, los países europeos “necesitan materias críticas como el litio o el hidrógeno verde, y resulta que en América Latina existen”, dice la internacionalista. “Por otro lado, también necesitan alimentos o van a necesitar alimentos y en América Latina somos un subcontinente en el cual tenemos una gran riqueza también respecto de eso”.

Pese a las escollos entre ambas regiones, como el avance de los tratados comerciales como el del Mercosur, y el parón de casi una década de este tipo de cumbres, tanto gobiernos como expertos esperan que esta reunión sirva para concretar soluciones para preocupaciones comunes, de la mano de una presidencia española del Consejo Europeo, que, sin duda, tiende puentes entre América Latina y Bruselas. EFE

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