Johnson, un actor consolidado en películas de acción y comedias de estudio, se enfrentó a su mayor reto con La Máquina: The Smashing Machine: transformarse en un luchador extremo de la vida real con el que se había cruzado en el circuito durante sus años de formación. “Dwayne lleva un tiempo haciendo esto —luchando y actuando— y estamos acostumbrados a verlo darlo todo”, dice Hiram García. “Lo que sea, lo ha hecho, pero Dwayne como Mark Kerr en The Smashing Machine nunca antes había interpretado un papel como este”.

Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!

El productor David Koplan coincide, señalando que la trayectoria de Johnson en la lucha libre profesional le ha dado respeto por las MMA, así como por la trayectoria del luchador en general. “No creo que la gente tenga un luchador que tiene un día de filmación con o sin camiseta en la hoja de convocatoria.

Publicidad

Las camisas que Johnson usó durante el rodaje también fueron importantes, según la diseñadora de vestuario Heidi Bivens (Euphoria). “Cuando empecé a ver fotografías del verdadero Mark Kerr, me impresionó su estilo personal; siempre me pareció muy elegante, sobre todo considerando que estábamos a finales de los 90. Comparado con los otros luchadores, Mark tenía un estilo personal que parecía a la vez intencional y sofisticado”.

Cuando el look de Johnson cobró forma antes del rodaje —su físico transformado, las prótesis y el peluquín, la ropa y el lenguaje corporal, combinados con los detalles de época creados por el equipo de diseño de producción— Emily Blunt se sintió genuinamente conmovida por la transformación de Johnson en Kerr. “Fue muy emotivo verlo en el set por primera vez”, dice Blunt. “El rostro de Dwayne era diferente, pero también su energía. Cuando entró al set para una prueba de cámara, había un público entero presente y todos se quedaron boquiabiertos. El ambiente en la sala cambió”.

 

La WWE ya había invertido mucho dinero para preparar a Johnson para el estrellato, y el luchador no quería parecer desagradecido. “He visto a Dwayne hacer lo que hace aquí, que probablemente sea uno de los papeles más exigentes física y emocionalmente que haya interpretado”, dice Koplan. “Se entregó por completo a su transformación para convertirse en Mark Kerr en el ring. Pero también ha hecho todo el trabajo emocional necesario para construir una vida tan abierta y transparente, incluyendo la disposición a ser vulnerable”.

De la Roca hasta Mark Kerr

La transformación no recayó solo en Johnson. Artistas de maquillaje y prótesis, incluyendo a Kazu Hiro, quien ganó el Premio de la Academia a Mejor Maquillaje y Peinado por “La Hora Más Oscura” y “El Bombón”, participaron en cada etapa de la producción. Los artistas diseñaron prótesis faciales, además de heridas y moretones para los distintos luchadores; se diseñó un peluquín para Johnson para que se pareciera más a Kerr, diseñado para que permaneciera en su lugar durante las numerosas escenas de lucha de la película.

“Además de toda la intensidad física y emocional que requería este personaje, Dwayne tuvo que pasar tres o cuatro horas seguidas en peluquería y maquillaje antes de rodar”, dice Koplan. “Había días en el set en los que aparecía con diferentes looks, así que si había un cambio de look después de una pelea el mismo día en que ya había rodado escenas con un look normal, tenía que hacer otro cambio de tres horas más tarde”.

Johnson añade: “Hubo diferentes versiones del maquillaje y los aparatos que probamos a lo largo de las semanas de producción, y finalmente dimos con el resultado ideal: unas 15 piezas aplicadas en varias partes de mi rostro y cuerpo”.

Se aplicaron soluciones alternativas de maquillaje al reparto secundario, muchos de los cuales nunca habían actuado ante las cámaras. “Por alguna razón, la mayoría de los luchadores que elegimos estaban cubiertos de tatuajes, y nos llevaba tiempo cubrir su arte corporal todos los días”, dice Koplan. “Para Dwayne, además de las prótesis y la peluca, cubrirse los tatuajes era una rutina diaria”. Una solución parcial al dilema implicaba que un coordinador de guion designara a cada actor que interpretaría “Hemos sido amigos por mucho tiempo, y vi en él esa inquietud de esforzarse al máximo, de una forma que nunca antes había hecho, de poner los pies en la tierra de una forma que daba miedo”.