Las divisiones en el seno de la Comunidad del Caribe (Caricom) se hicieron este domingo más patentes con intercambios de acusaciones entre Antigua y Barbuda y Trinidad y Tobago por sus posturas con respecto a Estados Unidos y Venezuela.

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El origen de la escalada de las tensiones internas en esta organización regional de 15 miembros fue un comunicado de la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, quien aseguró que Caricom “ha perdido el rumbo” en la actual crisis en el Caribe por el despliegue militar estadounidense contra Venezuela.

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“Una organización que opta por menospreciar a nuestro mayor aliado, EE.UU., pero que apoya al narcogobierno de (Nicolás) Maduro, es una organización que claramente ha perdido el rumbo. Esta postura tiene repercusiones. Todos debemos asumir las consecuencias de nuestras acciones”, afirmó Persad-Bissessar.

Trinidad y Tobago y Guyana apoyan a EE.UU. en su ofensiva contra Venezuela, mientras que muchos otros miembros de Caricom se han mostrado cautelosamente críticos advirtiendo de que un conflicto tendría consecuencias para todo el Caribe.

La primera ministra trinitense insistió en que “Caricom no puede seguir operando de esta manera disfuncional y autodestructiva, ya que perjudica gravemente a los pueblos del Caribe”.

“Caricom no es un socio confiable en este momento. Lo cierto es que bajo la tenue máscara de unidad, existen numerosas fisuras que se están ampliando y que, de no abordarse, conducirán a su implosión”, subrayó.

Tras estas duras críticas a la organización caribeña, uno de sus miembros, el veterano primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, defendió que Caricom es “un socio fiable” tanto en materia económica como de seguridad para los países integrantes.

“Es una alianza arraigada en una historia compartida, una lucha compartida por la independencia y la determinación compartida de que los pequeños Estados son más fuertes cuando actúan juntos”, afirmó Browne.

El jefe de Gobierno de Antigua y Barbuda hizo hincapié en que “el diálogo respetuoso con los socios internacionales no es servilismo, y las consultas regionales tampoco son deslealtad”.

Asegurando que continuará colaborando tanto con EE.UU. como con Caricom, Browne rechazó que él u otros líderes caribeños hubieran “hablado mal” de Washington, como denuncia Persad-Bissessar.

Lo único que manifestó Caricom esta semana fue su “preocupación” por la proclamación emitida por EE.UU. el pasado 16 de diciembre, que imponía restricciones parciales de viaje a los nacionales de Antigua y Barbuda y de Dominica.

Ambos países se mostraron sorprendidos por la decisión de Washington y entablaron conversaciones que lograron finalmente la suspensión de esa medida.

Sin embargo, Persad-Bissessar se desmarcó del comunicado de Caricom, diciendo que “no se vincula a las ideologías ni a las políticas exterior, económica y de seguridad de ningún otro gobierno” miembro del organismo.

Los miembros de Caricom son Antigua y Barbuda, Barbados, Bahamas, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago.

EE.UU. ha instalado un sistema de radar en Trinidad y Tobago, donde en la actualidad siguen desplegados marines. Además, aviones militares estadounidenses tienen permiso para acceder a los aeropuertos del país, vecino a Venezuela. EFE