Ciudad del Vaticano.– El papa León XVI aseguró que los abusos por parte del clero “llenan de vergüenza y llaman a la humildad” y pidió mayor formación para los sacerdotes, en una carta apostólica publicada este lunes.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!
Con motivo del 60 aniversario de los decretos Optatam totius y Presbyterorum ordinis, el pontífice estadounidense publicó una carta dirigida a los sacerdotes.
“En estas últimas décadas, la crisis de confianza en la Iglesia provocada por los abusos cometidos por miembros del clero —que nos llenan de vergüenza y nos llaman a la humildad— nos ha hecho aún más conscientes de la urgencia de una formación integral que asegure el crecimiento y la madurez humana de los candidatos al presbiterado, junto con una rica y sólida vida espiritual”, se lee en el documento.
Por ello, asegura, “el seminario, sea cual sea su modalidad, debe ser una escuela de los afectos […], necesitamos aprender a amar y a hacerlo como Jesús”.
“Sólo presbíteros y consagrados humanamente maduros y espiritualmente sólidos, es decir, personas en las que la dimensión humana y la espiritual están bien integradas y que, por ello, son capaces de relaciones auténticas con todos, pueden asumir el compromiso del celibato y anunciar de modo creíble el Evangelio del Resucitado”, escribe el pontífice.
León XIV también insta a los sacerdotes a huir “de todo personalismo y de toda celebración de uno mismo, a pesar de la exposición pública a la que a veces obliga el cargo”.
Y al respecto aconseja: “La exposición mediática, el uso de las redes sociales y de todos los instrumentos disponibles hoy en día debe evaluarse siempre con sabiduría, tomando como paradigma del discernimiento el del servicio a la evangelización”. “Todo me está permitido, pero no todo es conveniente”, agrega.
Añade Robert Prevost que “en cualquier situación, los presbíteros están llamados a dar una respuesta eficaz, mediante el testimonio de una vida sobria y casta, al gran anhelo de relaciones auténticas y sinceras que se encuentra en la sociedad contemporánea, dando testimonio de una Iglesia que sea ser fermento eficaz de los vínculos, las relaciones y la fraternidad de la familia humana”. EFE









