Apostar por la estabilidad ha sido determinante para la sostenibilidad del crecimiento y la financiación del desarrollo en la economía dominicana. Así lo sostiene el Banco Central de República Dominicana, en un artículo publicado en su sección Página Abierta, de la autoría del doctor Osvaldo Lagares.

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En la publicación se destaca cómo la estabilidad macroeconómica ha sido la base para fomentar la innovación y mantener un ritmo sostenido de expansión económica en el país.

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El análisis, bajo la sombrilla del Departamento de Regulación y Estabilidad Financiera del BCRD, parte de las recomendaciones de los ganadores del Premio Nobel de Economía 2025 —Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt—, cuyas investigaciones reafirman que el progreso económico se sostiene cuando nuevas tecnologías reemplazan a las antiguas, en un proceso conocido como destrucción creadora. En ese marco, el Banco Central conecta la teoría del crecimiento impulsado por la innovación con la experiencia dominicana, donde la estabilidad monetaria, cambiaria y financiera ha sido clave para mantener la inversión, la productividad y el bienestar.

Se explica que las políticas implementadas en las últimas décadas han permitido a la República Dominicana exhibir una estabilidad económica ejemplar, fruto de decisiones oportunas en materia de política monetaria, cambiaria y financiera. En particular, se cita la adopción del Esquema de Metas de Inflación en 2012 marcó un punto de inflexión en la conducción de la política económica, orientada a preservar la estabilidad de precios, moderar las tasas de interés y reducir las fluctuaciones cambiarias.

Gracias a este enfoque, el país ha podido consolidar una estructura económica más predecible y confiable para los agentes productivos, facilitando la planificación de inversiones y el acceso al crédito en condiciones más favorables. En un entorno de estabilidad, señala el autor, la innovación encuentra terreno fértil, ya que las empresas pueden asumir riesgos e incorporar nuevas tecnologías con menor incertidumbre.

Políticas monetarias consistentes

El artículo destaca que la Junta Monetaria ha modernizado de manera continua los Reglamentos Monetarios y Financieros, fortaleciendo la regulación y la supervisión basada en riesgos. Entre los avances más relevantes se citan las actualizaciones de los reglamentos de Cambio y Sistema de Pagos (2025), Auditorías Externas (2019), Microcréditos (2018), Seguridad Cibernética (2018) y Gestión Integral de Riesgos (2017).

Estas reformas han permitido al país alinearse con los estándares del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, lo que ha contribuido a robustecer la confianza en el sistema financiero dominicano y a mantener su solidez frente a los desafíos internacionales.

Asimismo, se recuerda que en 2017 se creó el Comité de Políticas Macroprudenciales y Estabilidad Financiera, integrado por el Banco Central y la Superintendencia de Bancos, con el objetivo de monitorear el sistema financiero y aplicar medidas preventivas ante riesgos sistémicos que pudieran comprometer la estabilidad económica.

Los Informes de Estabilidad Financiera del BCRD, publicados anualmente, recogen los resultados de estas políticas, que han permitido reducir la exposición a crisis y sostener un crecimiento económico equilibrado.

Los indicadores macroeconómicos respaldan los logros obtenidos. La inflación, que en la década de los noventa promediaba 14.5% y en 2009 se situaba en 5.8%, se ha mantenido dentro del rango meta de 4.0% ±1.0% desde 2012, ubicándose en 4.23% interanual a octubre de 2025. El Banco Central explica que en materia cambiaria, la variación promedio del tipo de cambio se ha reducido a 3.6% interanual desde 2012, en contraste con una depreciación promedio anual de 11.3% durante la primera década de los 2000. Esta menor volatilidad ha otorgado certidumbre a los agentes económicos, favoreciendo la planificación empresarial y el flujo de divisas.

El comportamiento de las tasas de interés también refleja el impacto positivo de las políticas del Banco Central. El promedio de las tasas activas y pasivas, que en los años noventa se ubicaba en 27.6% y 15.6%, respectivamente, se redujo a 13.3% y 6.4% entre 2012 y 2024, y se sitúa actualmente en 13.6% y 6.3%, facilitando la transmisión de la política monetaria y el retorno gradual al crecimiento potencial proyectado para 2026.

Fortaleza del sistema financiero

Las entidades de intermediación financiera exhiben hoy una fortaleza patrimonial considerable, con niveles de capital equivalentes a más del 6.0% del PIB. La rentabilidad del patrimonio (ROE) alcanza 21.7%, y la del activo (ROA) se sitúa en 2.6% al cierre de septiembre del actual año 2025.