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Dietas de exclusión: ¿son realmente beneficiosas?

Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo

Las dietas de exclusión han ganado popularidad en los últimos años como una estrategia para mejorar la salud, controlar el peso o manejar ciertas enfermedades. Este tipo de dieta implica eliminar uno o varios grupos de alimentos de la alimentación habitual, ya sea por razones médicas, éticas o de preferencia personal. Pero, ¿qué dice la evidencia científica sobre su efectividad y seguridad?

Tipos de Dietas de Exclusión

Algunas de las dietas de exclusión más comunes incluyen:

  • Sin gluten: Indicada para personas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten no celíaca. Estudios han demostrado que eliminar o evitar el gluten en estos casos mejora la salud digestiva y reduce la inflamación sistémica.
  • Sin lácteos: Puede ser necesaria para personas con intolerancia a la lactosa o alergia a la proteína de la leche. Sin embargo, eliminar los lácteos sin una razón médica puede llevar a deficiencias de calcio y vitamina D.
  • Dieta baja en FODMAPs:  Estos alimentos contienen oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles. Se recomienda para quienes padecen síndrome de intestino irritable (SII). Esta dieta, basada en la eliminación temporal de ciertos hidratos de carbono fermentables, ha mostrado ser efectiva para reducir síntomas digestivos como hinchazón y diarrea.
  • Dieta vegana o vegetariana: Excluye productos de origen animal, ya sea por razones éticas o de salud. Estudios sugieren que una dieta basada en plantas puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, pero es esencial asegurar un adecuado consumo de proteínas, hierro, vitamina B12 y omega-3.

Las dietas de exclusión pueden proporcionar beneficios cuando están justificadas y bien planificadas. Por ejemplo, eliminar alimentos a los que una persona es intolerante puede mejorar la digestión y la calidad de vida. Además, algunas dietas basadas en la eliminación de ultraprocesados indudablmente contribuye a un mejor estado de salud en general.

No obstante, excluir alimentos sin una razón médica puede conllevar riesgos nutricionales. La eliminación de grupos enteros de alimentos sin una adecuada sustitución puede derivar en deficiencias de nutrimentos esenciales, afectando la energía, el metabolismo y la función inmunológica. Las dietas de exclusión pueden ser una herramienta útil cuando se aplican de manera correcta y sea justificada. Es recomendable consultar con un profesional de la nutrición antes de iniciar una dieta de este tipo para orientación y monitoreo con el objetivo de lograr una dieta equilibrada y valorar cuando y si se podrá reintroducir los diferentes alimentos que fueron eliminados y así evitar riesgo y asegurar adherencia y sostenibilidad.  Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo.   Escribe tus preguntas a: articulos@gmail.com / @sodonuclim.

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