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Daniel Noboa, el presidente ‘millennial’ de Ecuador que exhibe “mano dura”

Quito. Daniel Noboa, el joven empresario que a sus 35 años se convirtió el año pasado en el presidente más joven de la historia democrática de Ecuador, se ha perfilado en sus primeros meses de mandato como un gobernante al que no le tiembla el pulso, pragmático y de pocas palabras, que hace gala de “mano dura” contra el crimen organizado mientras busca consensos en la Asamblea Nacional (Parlamento), la piedra de choque de su antecesor, Guillermo Lasso.

Con una mentalidad y visión de ejecutivo, Noboa puso como su primera prioridad al asumir el mando el 23 de noviembre pasado la seguridad, amenazada por las bandas criminales que dominan las cárceles y que en las calles han hecho de Ecuador uno de los países más violentos del mundo.

Su plan para controlar las prisiones causó la arremetida de estas bandas, con una oleada de violencia que le llevó a declarar el estado de excepción, algo que ya hizo Lasso en 22 ocasiones durante sus 28 meses de Gobierno, según recuerda el experto en seguridad, Fernando Carrión, pero Noboa elevó esa “mano dura” al decretar el  “conflicto armado interno”.

Y es que, Noboa catalogó a 22 bandas criminales como “terroristas”, y en medio de la tensa situación presentó el diseño de dos cárceles de máxima seguridad para alrededor de 1.400 reclusos que construirá en su corto mandato de 18 meses con un modelo similar a las hechas por el presidente Nayib Bukele en El Salvador.

Estilo desenfadado

Noboa se prodiga poco en medios de comunicación tradicionales y echa mano de las redes sociales para informar de sus actividades, con un lenguaje desenfadado que suele conectar con las nuevas generaciones, alejado de lo protocolar. Ya lo hizo en campaña y le funcionó.

Así sucedió con el anuncio del estado de excepción, donde apareció al lado de la bandera de Ecuador con una chamarra de cuero y una camiseta negra, similar a la que, sin dar declaraciones, lució durante su visita a las instalaciones del canal de televisión tomado la pasada semana por un grupo de hombres armados.

Hijo de Álvaro Noboa, el magnate del sector bananero, que por cinco veces fue candidato presidencial sin lograrlo en ninguna de ellas, el presidente ha sido firme en asegurar que no negociará con “terroristas” y ha ordenado a los militares que los neutralicen.

Noboa, que durante la campaña electoral no se quitó el chaleco antibalas tras el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, ganó las elecciones con un programa electoral enfocado en generación en los jóvenes, que forman cerca de una cuarta parte de la población del país y a la que prometió empleo y oportunidades.

Nacido en Miami (EE.UU.) en 1987, Noboa creció en Guayaquil en el seno de una de las familias más ricas del país como el mayor de cuatro hermanos, y es la tercera generación de un gran emporio empresarial que comenzó a construir su abuelo, Luis Noboa Naranjo, uno de los empresarios más importantes de Ecuador en el siglo XX.

De padres políticos

Desde muy pequeño Noboa vivió la política dentro de su casa, pues a los cinco intentos de su padre por ser presidente se sumó la carrera política de su madre, la doctora Anabella Azín, que fue diputada y asambleísta constituyente.

Pero Noboa, amante de la música y que se define como de centroizquierda, si bien sus acciones lo pondrían más en la centroderecha, está lejos de ser un político tradicional, pues evita en muchos casos ser el centro de atención.

Este martes fue padre por tercera vez, con el nacimiento de Furio, el segundo hijo de su matrimonio con la nutricionista e ‘influencer’ Lavinia Valbonesi. Su primogénita, Luisa, la tuvo con su primera esposa, Gabriela Goldbaum.

 No habla con vicepresidenta

Su carrera política comenzó en 2021 cuando fue elegido asambleísta en el Parlamento que terminó disolviendo Lasso en mayo pasado aduciendo constantes bloqueos, para dar paso a las elecciones donde venció Noboa en fórmula con Verónica Abad como vicepresidenta.

Su firmeza e intransigencia ya fueron evidentes con Abad tras un distanciamiento entre ambos que comenzó en campaña electoral y que se cristalizó públicamente cuando Noboa la envió de embajadora a Israel, poco después de asumir el cargo, sin detallar razones y sin diálogo de por medio.

Abad criticaba que Noboa llegase a consensos iniciales con otras fuerzas, incluido el correísmo, con lo que ha conseguido sacar adelante dos importantes leyes económicas en la Asamblea, donde el oficialismo es minoría.

De esa misma instancia, Noboa lograr el alza del 12 % al 15 % del impuesto al valor agregado (IVA) para financiar la compleja situación económica heredada de Lasso y para enfrentar la actual situación, pues Ecuador está en un “estado de guerra y no podemos ceder ante estos terroristas”, ha dicho. EFE

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