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Santo Domingo

Continúa imparable secuela abusos, crimen y dominio en cárceles

Carmen Imbert Brugal

Entonces el interés estaba en la juramentación. Continuidad o inicio no había espacio para minucias. El espectáculo era inédito y entre reforma y frivolidad, el tema resultaba inoportuno, podía alterar el equilibrio en el jardín de las delicias. Y quedó enredado entre sedas y aplausos, el contenido del “Informe de las condiciones de detención y de prisión de la República Dominicana 2023”, realizado por la Comisión de Cárceles de la Oficina Nacional de Defensa Pública-ONDP-presentado el 12 de agosto.

La constancia de trato cruel, inhumano, degradante, del espacio para extorsionar, ordenar secuestros, asesinatos, afea la agenda triunfalista. Es importante recordar la sorpresa del presidente cuando una periodista se atrevió en “La Semanal” a mencionarle el caso de la llamada que hiciera el condenado por la muerte de Orlando Jorge Mera, a un prestigioso programa de radio. El hombre más enterado del país que chatea con cualquiera, sin importar horario, ignoraba que las cárceles son barracas inmundas donde quien más puede decide.

Los creadores de la narrativa que sustentaba el Cambio y ahora avala el período reformador, repetían la necesidad del Ministerio de Justicia para vencer el caos y excusar la negligencia. Mientras llega el ministerio, evitan ponderar las condiciones de 26,076 personas privadas de libertad-el 60% sin sentencia que disponga el encierro-.

El éxito de la persecución contra tanto depredador del erario, la validación del sadismo penal, impiden la mención de la miseria carcelaria como desafío. En el horizonte está la reforma de la Constitución como panacea para atenuar delirios. Nada más importa. De nuevo el Informe ratifica el horror, proporcional a la indiferencia y a la irresponsabilidad.

El anterior “Informe de las Condiciones de Detención y de Prisión” fue conocido después del escándalo -fugaz- provocado por el descubrimiento de un centro de comunicaciones en la Penitenciaria Nacional de La Victoria -febrero 2022-.

Complicidad

El centro, instalado y dirigido por un interno “genio”, funcionaba tan bien que suministraba servicios de internet fuera del recinto. El nombre del emprendedor jamás se supo, tampoco fueron identificados los cómplices que permitieron la instalación y mantenimiento de los equipos.

El hecho motivó la declaración del asesor penitenciario del poder ejecutivo -mayo 2022-, colaborador estelar de la Procuraduría General de la República desde antes de presidirla la actual incumbente a la que servía como asistente especial, sigilosamente alejado del reino.

Líderes mediáticos cantaron junto al bardo, repetían, sin alterar la imperturbabilidad de las autoridades, que el encargado de seguridad de la Penitenciaría percibía como pago para garantizar la impunidad, 7 millones de pesos semanales.

Alguien recordó la importancia de Las Parras y se crearon Comisiones con la decisión de enfrentar el fantasma, némesis que afecta a buenos y malos. Continúa imparable la secuela de abusos, crimen y dominio en las cárceles, el estudio lo consigna.

La atrocidad no puede competir con el trajín reformador. El director de la ONDP advierte que “lejos de mejorar la situación ha ido en decadencia”. Observación imperceptible para los guardianes fácticos de la institucionalidad, convertidos en defensores del régimen. Ahora dan y exigen para mantener el favor y guardar silencio.

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