Balbueno Medina
Luego de la derrota sufrida en las elecciones municipales de febrero, las denuncias y amenazas de la oposición contra el gobierno y el Partido Revolucionario Modernos (PRM), han sido constantes y crecientes, conforme se aproxima la cita del 19 de mayo del presente año.
La más reciente amenaza provino del presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina, quien hizo un llamado a la militancia de esa organización política a romper cualquier carpa que sea levantada por sus contrarios políticos en las inmediaciones de los centros de votaciones electorales que instalará la Junta Central Electoral en todo el territorio nacional.
Pese a que no ha habido una respuesta oficial a la amenaza hecha por el expresidente de la República, muchos sectores de la sociedad dominicana no han visto con buenos ojos ese llamado, debido a que el mismo podría desencadenar hechos que pudieran poner en peligro las propias elecciones presidenciales y congresuales del país.
La magnitud del llamado hecho por Danilo Medina, a la militancia del PLD cobra más fuerzas al tomarse en cuenta el origen de esa amenaza, ya que proviene de la mente y corazón de un exjefe de Estado, que se supone debe estar consciente de lo que eso implica en medio de un proceso electoral en el que participan más de 30 partidos políticos y una población de más de 8 millones de votantes con derecho a sufragar.
Por suerte que los pronunciamientos que hizo el presidente del PLD, los formuló en este país, donde cualquier cosa pasa y se deja pasar, pero si hubiera sido en otra nación los servicios de inteligencia del Estado, hubiesen estado vigilándolo en cada paso que diera por toda la geografía nacional.
Debemos entender, que cuando un líder del calibre y la magnitud de Danilo Medina, le habla a la militancia de su partido, llámese República Dominicana o el país que sea, le está impartiendo una orden o mandato que naturalmente debe cumplir por orden de jerarquía como suele suceder en toda organización disciplinada.
Ese discurso fuera de tono, no solamente parecería amenazante contra el Partido Revolucionario Moderno y su militancia, sino contra la estabilidad política y social de la República Dominicana, por lo que la respuesta que debe recibir el expresidente Medina, debería ser colectiva debido a que la misma es atentatoria al futuro que se está jugando el país en las elecciones del 19 de mayo.
Las instituciones democráticas, sociales, culturales y políticas de la nación, todas a una misma voz deben pedirle al presidente del PLD retractarse de la amenaza que ha proferido a la nación dominicana, porque de materializase su petición estaríamos presenciando en toda la geografía nacional un enfrentamiento que podría degenerar una guerra civil semejante a la del 1965, que terminó dividiendo el país en los bandos constitucionalistas y pro yanquistas.
Particularmente, al gobierno y al PRM, le debe llamar la atención, que no solo las amenazas de Danilo Medina, han despertado la repulsa del pueblo dominicano, sino que también los principales dirigentes de la Fuerza del Pueblo han mantenido un discurso similar por los medios de comunicación y las redes sociales, lo que les debe poner más en alerta ya que al parecer existe una conspiración consensuada y dirigida a desconocer el triunfo del oficialismo, sea cual sea.
De ahí, es que, lo que hemos estado viviendo y presenciando de lo que sale de la oposición, no son simples amenazas y denuncias en contra del proceso electoral del 19 de mayo, sino que, de lo que se trata es de una conjura velada que busca desconocer la voluntad popular que se expresará en las urnas electorales.
Ojalá que tanto el presidente del PLD, como los que se han pronunciado desde la FP en la misma dirección, reconsideren los pronunciamientos tremenditas que han hecho durante toda la presente campaña electoral de este 2024, para que al finalizar el proceso no terminen cargando con las culpas de los acontecimientos nefastos que puedan surgir el día de las elecciones en el hipotético caso de que se produzca un enfrentamiento entre dirigentes políticos de la oposición y el oficialismo como ellos han querido propiciar.