Las comunidades de Los Bateyes y Palo Verde de la provincia Montecristi denunciaron una crisis humana y productiva alarmante, ocasionada por los desalojos abusivos, destrucción de viviendas, eliminación de cultivos, atropellos y un desplome casi total de la productividad agrícola en la zona.
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Las quejas de los lugareños se hicieron sentir con una marcha portando cruces, simbolizando el viacrucis por el que pasan y responsabilizando de la penosa situación al administrador del Proyecto La Cruz–Manzanillo, Ing. Julio César Estévez.
Los comunitarios informaron que más de 700 familias que viven en los bateyes y dependen del proyecto están hoy sin empleo, sin ingresos y pasando hambre, producto del abandono y la mala administración que aseguran está destruyendo el sustento de cientos de hogares.
Uno de los hechos más dolorosos denunciados fue el desalojo de 162 labriegos, quienes por años trabajaron entre 10, 15 y 20 tareas de tierra dentro del proyecto.
“Estos agricultores fueron expulsados sin piedad, sus cultivos eliminados y sus bombas de agua sustraídas, dejándolos totalmente sin el medio de sustento para sus familias”, se denunció en la original protesta en la que además de portal las cruces de madera, participaron vestidos de color negro en señal de luto.
De las más de 32,000 tareas que conforman el Proyecto La Cruz–Manzanillo, las comunidades afirman que hoy solo 5,000 están en producción, mientras el resto permanece abandonado, demostrando el severo deterioro del proyecto.
Ante esta situación insostenible, los residentes hicieron un llamado directo, urgente y contundente al presidente de la República, Luis Abinader, solicitando su intervención inmediata para detener los abusos, rescatar el proyecto y garantizar la protección de todas las familias afectadas.
Informaron que este jueves seguirán marchando, y que permanecerán movilizados hasta ser escuchados y obtener soluciones reales, justas y permanentes.








