Rogelio Adonican Osorio

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Ciudad de Panamá.- La secretaria ejecutiva de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD, en inglés), Yasmine Fouad, resaltó la urgencia de que el mundo actué decididamente contra este fenómeno, que degrada tierras fértiles e impacta de forma directa a la seguridad alimentaria y la estabilidad social de las regiones que afecta.

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Foaud, exministra de Medio Ambiente de Egipto, habló con EFE en el marco de la 23 sesión del Comité de Examen de la Aplicación de la Convención (CRIC23), que es el único marco jurídicamente vinculante establecido para abordar la desertificación y los efectos de la sequía.

“Debemos asegurarnos de que la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, les dará como resultado – a los 196 países miembros – algo más que palabras. Eso incluye transformar los compromisos en acciones sobre el terreno a través del mecanismo global de la convención”, afirmó Fouad.

La CRIC23, que finaliza este viernes en la capital panameña tras cinco días, se ha centrado en analizar los esfuerzos contra la desertificación, la degradación de las tierras y la sequía ante “la urgencia de actuar” frente a fenómenos que avanzan a un ritmo alarmante en todo el planeta, alerta la ONU.

 Los alimentos costosos y la inestabilidad regional

Las consecuencias se ven claramente en el precio de los alimentos y en la inestabilidad social al situar esta problemática en América Latina, una de las regiones que más suelo pierde en el mundo principalmente por la expansión agrícola.

“No podemos esperar que los precios de la comida sean asequibles si seguimos degradando la tierra”, advierte Fouad al señalar las “consecuencias directas sobre la economía” de la desertificación, que la ONU define como la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas.

En el caso de América Latina y el Caribe, la región tiene la dieta saludable con el mayor costo del mundo, con más de cinco dólares por día, según ha señalado a EFE funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación o FAO.

Existe además “un vínculo claro” entre la degradación de tierras, la sequía y la migración, agrega Fouad al referirse al Corredor Seco Centroamericano, una franja que abarca Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala y tiene una población cercana a las 10,5 millones de personas.

“Cuanto más degradada está la tierra, sobre todo en regiones secas, más difícil es que las personas puedan seguir viviendo en sus lugares de origen y por lo tanto se ven forzadas a migrar. Esto es un fenómeno que además incrementa la inestabilidad y la inseguridad en la región”, afirma la funcionaria de la ONU.

 Sinergia entre las Convenciones de ONU

“Hay que integrar la salud de las tierras en los debates sobre seguridad, porque no se puede hablar de estabilidad, sin hablar de salud de las tierras”, sostiene Fouad al mencionar la urgencia de invertir en la restauración de las tierras degradadas y proteger las sanas.

En ese sentido, defendió la importancia de la sinergia entre las convenciones de cambio climático, biodiversidad y lucha contra la desertificación, al señalar que “esta coordinación permite optimizar los recursos financieros, acelerar la acción y reflejar la interconexión inherente a la naturaleza”.

“Dios hizo todos los elementos naturales como parte de una sola creación, por lo tanto debemos volver a poner en valor esta interconexión”, remarca.

También reconoce que, en estos momentos y en un contexto en el que “el multilateralismo está a prueba”, es imperativo “mantener la confianza entre las partes”. EFE