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Santo Domingo

Thanksgiving y Violent Night; terror en el fin de año

Humberto Almonte

Analista de Cine.

Las tradiciones con el paso del tiempo se transforman en celebraciones y en personajes icónicos que van perdiendo la espontaneidad o la frescura para dar paso a rituales petrificados como nos muestran los realizadores Eli Roth y Tommy Wirkola en sus películas sobre fechas y personajes en el fin de año. 

En el 2022 fue Noche Sin Paz (Violent Night) de  Wirkola, quien apostaba por un Santa Claus violento y políticamente incorrecto, y en este 2023 es Roth con su Viernes Negro (Thanksgiving) quien retrata el desprecio de un empresario por los valores promovidos en la celebración del Día de Acción de Gracias en  su retorcido slasher que recorre las salas de cine actualmente. 

Viernes Negro (Thanksgiving)  

La trama nos habla de que tras un Black Friday en el que se producen disturbios que acaban en tragedia, un misterioso asesino, inspirado por la festividad de Acción de Gracias, aterroriza Plymouth en Massachusetts –lugar de origen de la tristemente célebre festividad-.

Dirige Eli Roth, firma el guion Jeff Rendell, basado en una historia de Roth y del propio Rendell. El elenco lo componen Patrick Dempsey, Addison Rae, Milo Manheim, Jalen Thomas Brooks, Nell Verlaquel, Rick Hoffman, Gina Gershon, Tomaso Sanelli, Ty Olsson, Gabriel Davenport, Karen Cliche y Jenna Warren. 

Roth coloca al personaje de Thomas Wright (Rick Hoffman), dueño de la tienda Right Mart , en la línea de esos avaros y codiciosos tan conocidos de la literatura, el teatro o el cine, desencadenando una tragedia que es la causa de los crímenes cometidos en la actualidad por el asesino en serie que busca venganza.  Wright es un creyente en ese capitalismo salvaje que usa el camuflaje de la frugalidad exterior y la falacia del trabajo duro que enriquece, aunque ciertamente solo a unos pocos. 

Otra línea que sigue Viernes Negro es esa conexión entre el terror con aspiraciones expresivas y la crítica social, ya sea la avaricia, el consumismo, el espíritu de manada de nuestras sociedades o la falta de sintonía de las clases altas con el ciudadano de a pie, pues la burbuja de la opulencia en la que viven les impide ver con claridad más allá del bienestar. 

La película es un divertimento crítico de humor grueso no apto para estómagos delicados porque el asesino en serie va subiendo la apuesta descuartizando a las víctimas de su venganza de una forma cada vez más grotesca, usando, convención habitual en muchas películas de terror, una máscara que es el rostro de John Carver, peregrino del Mayflower y primer gobernador de Plymouth, Massachusetts, lugar donde se desarrolla la acción.  

Si alguien acude al cine a buscar grandes actuaciones o papeles muy estructurados dramáticamente en esta obra, lamento decir que no los a encontrar y es que ni Patrick Dempsey como el sheriff Eric Newton, Addison Rae como Gabby, Jalen Thomas Brooks como Bobby, Tomaso Sanelli como Evan o los demás personajes, están bosquejados a imagen y semejanza del universo terrorífico en el que, como en este caso, reinan los asesinos enmascarados enceguecidos por el odio o las ansias de venganza.   

Eli Roth establece la trayectoria narrativa y estilística de esta representante del terror combinando una acida crítica hacia ese capitalismo codicioso y al consumismo desenfrenado, dejando en evidencia las raíces clasistas e ideológicas del empresario origen de toda esta tragedia. Aunque se queda a un escalón de convencernos de lo adecuado de su factura, culpa, entre otras cosas, de ciertos hoyos en el guion, es un ágil y entretenido producto audiovisual para degustadores de un terror de sal gorda. 

Noche Sin Paz (Violent Night) -2022- 

Entre la millonaria y descreída familia, los  Lightstone, un Santa Claus (David Harbour) sin mucha fe y un grupo de secuestradores dirigidos por un traumatizado por las navidades como Scrooge (John Leguizamo), se destaca Trudi (Leah Brady), la hija de Jason Lightstone (Alex Hassell) y de Linda (Alexis Louder), quizás siendo Trudi  la única persona del grupo que cree en Santa y en las navidades. 

Santa Claus, Trudi, Scrooge y la matriarca Gertrude Lightstone (Beverly D’Angelo), componen el cuarteto en que se apoya el guion para dar fortaleza a este ejercicio  de revisionismo cinematográfico cargado de ese humor punzante que echa mano a la pérdida de la creencia de mucha gente en este personaje icónico, para articular una crítica cargada de acidez a la sociedad actual.  

Entre sus cualidades destacadas sobresale el bien llevado ritmo de la acción y su incorrección política que no permite en ningún momento concesión alguna para suavizar su discurso violento. Pero entre sus puntos más altos esta la evolución del personaje de Santa que goza de una solida estructuración en su arco dramático para apuntalar la película en toda su extensión. 

 La coralidad de su elenco con el liderazgo de David Harbour, John Leguizamo, Beverly D’Angelo y una gran selección de secundarios, logra una química que se mantiene de principio a fin en una reiteración de la tesis de que si cuentas con un buen grupo de protagonistas, unos secundarios sólidos e intérpretes breves pero efectivos, el buen resultado dramático está garantizado. Los diálogos inteligentes que refuerzan la ironía son responsables de que esos bien construidos personajes logren ese tono que posee la película. 

Noche Sin Paz es un ejemplo de que el manejo de referencias a temas, películas o personajes como Mi Pobre Angelito, Scrooge, Krampus, lo nórdico, los Santas descarriados, el cine de acción, no tiene porque convertirse en una copia sosa y forzada. Los bien llevados homenajes cinematográficos que vemos aquí son un deleite, tanto para el que conoce esos referentes como el que no. 

Los nombres de los personajes son una maravilla que nos hacen sonreir, pues eso de Gingerbread, Comander Thorp, Candy Cane Frosty, Peppermint o Sugarplum, son de tal irónica ridiculez que funcionan a la perfección. 

 La navidad de Noche Sin Paz (Violent Night) que nos presenta Tommy Wirkola, amerita una lectura serena, pues detrás de sus altos niveles de violencia física y psicológica, de las referencias a otras películas, la alusión a mitos y leyendas, está el retrato de la sociedad actual y de la visión de la gente sobre Santa Claus o la Navidad, pues al final todo se trata de elegir entre creer o no creer.  

 

 

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