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La reflexión ocupa el lugar del fango en la antesala de las elecciones argentinas

Concepción M. Moreno

Buenos Aires.- Argentina vive horas de reflexión con vistas a las elecciones de este domingo, en las que parece quedar atrás el fango de las últimas dos semanas de campaña, con ataques entre candidatos, acusaciones de todo tipo e incluso una denuncia presidencial.

El país suramericano debe decidir quién regirá su destino en los próximos cuatro años: un candidato ultraliberal de fuerte discurso anticasta (Javier Milei), el aspirante oficialista y actual ministro de Economía en medio de la peor inflación de los últimos treinta años (Sergio Massa) o la exministra de Seguridad y adalid de la mano dura contra la delincuencia y la lucha contra un kirchnerismo que vive sus horas más bajas (Patricia Bullrich).

Unos 35,4 millones de argentinos están llamados a votar este 22 de octubre en los centros electorales que permanecerán abiertos entre las 8.00 y las 18.00 horas (11.00-21.00 GMT) para designar presidente y vicepresidente de la Nación, 130 diputados y 24 senadores nacionales, además de parlamentarios del Mercosur.

Junto a esto habrá elecciones generales en las provincias de Buenos Aires, Catamarca y Entre Ríos y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, entidades que decidieron no desvincular sus comicios de los nacionales, como sí hizo el resto de los distritos.

El líder de La Libertad Avanza (ultraderecha), Javier Milei, el candidato más votado en las elecciones primarias celebradas en agosto, es el principal aspirante al triunfo, seguido del actual ministro de Economía, Sergio Massa, quien representa a la coalición oficialista Unión por la Patria (peronismo).

La mayoría de las encuestas los sitúan en el escenario de una eventual segunda vuelta, aunque hay quienes apuntan a que todo podría resolverse este domingo, como tampoco faltan teorías sobre la sorpresa de un ‘cisne negro’.

Lo cierto es que los sondeos fallaron hasta tal punto en las elecciones PASO (primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) celebradas en agosto, cuando ninguna adelantó el triunfo de Milei, que todo podría pasar.

La aspirante de Juntos por el Cambio (centroderecha), Patricia Bullrich, a la que algunas encuestas sitúan en una pugna codo con codo con Sergio Massa para pasar al balotaje contra Javier Milei, ha ido remontando después de un primer debate electoral en el que fue noqueada por sus contrincantes. Bullrich cerró su campaña con el apoyo de todas las corrientes de la coalición, incluido la que lidera el expresidente Mauricio Macri (2015-2019), quien en algún momento ha coqueteado políticamente con Milei.

Además, en la contienda electoral compiten el gobernador en funciones de Córdoba, Juan Schiaretti, que representa al peronismo disidente agrupado en la formación Hacemos Por Nuestro País , y la candidata del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, Myriam Bregman.

INDECISOS Y DESENCANTADOS, UN BOTÍN

Las primarias del 13 de agosto mostraron que unos 11,5 millones de argentinos estaban indecisos o desencantados con la clase política: más de un millón votó en blanco y el resto se quedó en casa, por lo que la votación registró el nivel más alto de abstención desde 2011, cuando se establecieron primarias abiertas.

Por eso, además de consolidar lo logrado en primarias -un 29,86 % La Libertad Avanza, un 28,27 % Juntos por el Cambio y un 27,28 % Unión por la Patria-, los candidatos ha afinado sus discursos, en busca de quienes no optaron por ninguna opción en agosto pasado.

La diferencia respecto a las primarias, en las que los votos en blanco son tan válidos como los afirmativos (los que seleccionan algún partido), y cuentan para que las formaciones lleguen al 1,5 % de apoyos necesario para participar en las generales, es que las elecciones de mañana el universo electoral se achica, pues los blancos son válidos, pero no suman.

De esta manera, a igual cantidad de votos, un partido logra más porcentaje de apoyo que en las primarias.Si un candidato no alcanza el 45 % o al menos el 40 % y 10 puntos de ventaja sobre el siguiente más votado, habrá una segunda vuelta el 19 de noviembre para elegir al presidente que gobernará a partir del 10 de diciembre por el período 2023-2027.

EL FANGO

“Vivimos revolca’os en un merengue / Y, en el mismo lodo, todos manosea’os”. Dos frases de “Cambalache”, el inmortal tango que hace casi 90 años creó Enrique Santos Discépolo, que reflejan bien cómo han transcurrido las últimas dos semanas de la campaña electoral.

Se filtraron casos de presunta corrupción en la provincia de Buenos Aires; Milei dijo que el peso argentino era “un excremento” y, tras granjearse las críticas de sus adversarios, fue denunciado por el presidente Alberto Fernández por “intimidación pública”; el dólar informal superó los 1.000 pesos y se multiplicaron las operaciones policiales contra las ‘cuevas’ (casas de cambio clandestinas).

Con la inflación cerca del 140 % interanual, la pobreza en un 40,1 % y salarios depauperados -cuyo último episodio fue la devaluación del 22 % del peso practicada por el Ejecutivo tras las PASO-, los argentinos afrontan las últimas horas de reflexión con la conciencia de que se trata de una votación crucial para su futuro. EFE

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