Madrid.– El presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, pretende afrontar sin prisas los contactos con otras fuerzas políticas con el fin de recabar apoyos para intentar su investidura y no se los plantea hasta la segunda quincena de agosto.
Será entonces cuando se constituyan el nuevo Congreso y el Senado, por lo que fuentes del Ejecutivo español emplazan hasta entonces y evitan pensar en las negociaciones que los socialistas tendrían que llevar a cabo para formar Gobierno.
De momento, el Partido Socialista (PSOE) se limita a reseñar que Sánchez no permitirá que se sobrepase el marco constitucional, ante la condición de la formación independentista catalana JuntsxCat de llevar a cabo un referéndum de autodeterminación en Cataluña o la amnistía para los procesados por el intento secesionista de 2017 en esa región española, si quieren contar con su apoyo.
Tras las elecciones generales del pasado domingo y después de que se celebrara hoy la última reunión de Sánchez con sus ministros antes del paréntesis estival, el líder socialista se tomará en breve un descanso.
Mantendrá de momento agenda, que incluirá un despacho con el rey Felipe VI en Madrid.
Además, se anuló su comparecencia para hacer el habitual balance del Gobierno de mitad de año.
El calendario para la investidura puede condicionar alguna cita internacional pendiente, como la comparecencia de Sánchez ante el Parlamento Europeo para exponer las prioridades de la presidencia española del Consejo de la UE.
Ese acto estaba previsto para julio, pero, al coincidir con la campaña electoral, se pospuso inicialmente para el pleno de septiembre que habrá en la Eurocámara y que ahora sigue en el aire ante la evolución de los acontecimientos para la formación de un Gobierno.
Por su parte, el líder del conservador Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, insistió este martes en que es una “conclusión precipitada” asumir que no podrá formar gobierno y señaló que sigue en contacto con las formaciones que puedan sumar para su investidura. EFE