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Yankees se llevan la Serie del Subway detrás de un Bellinger imparable, joya de Fried

Bryan Hoch/MLB.com

NUEVA YORK –– Hace aproximadamente dos semanas, Cody Bellinger analizó seriamente los problemas de la mecánica de su swing que estaban detrás de su lento comienzo con el clásico uniforme a rayas, presentando la siguiente pregunta al cuerpo de coaches: “¿Por qué estoy persiguiendo lanzamientos fuera de la zona?”.

Revisaron a fondo, observaron y le ofrecieron algunas sugerencias precisas, abordando su balance y recordándole a qué pitcheos debía hacer swing. Esos cambios, sutiles al principio, han producido la racha de juegos dando hit más larga de la carrera de Bellinger.

Tras aportar un doblete de dos carreras en el primer episodio, Bellinger coronó un ataque de seis carreras en el octavo inning con el noveno grand slam de su carrera, impulsando a los Yankees a una victoria de 8-2 sobre los Mets la noche del domingo en el Yankee Stadium, asegurando la Serie del Subway en el Bronx.

“Ver resultados es muy bueno, pero al final del día, se trata del proceso, del plan, de qué puedo controlar”, dijo Bellinger, quien extendió su racha de juegos dando de hit a 13. “Tuvimos varias conversaciones, como ‘¿Qué está pasando? Demos un paso atrás’. Los lanzadores también cobran mucho dinero para ponerte out, así que siempre recuerdo lo difícil que es este juego”.

Últimamente, nada parece difícil para los Yankees, quienes han ganado cuatro series consecutivas, con ocho victorias en sus últimos 11 compromisos.

El ataque de la octava entrada comenzó de manera discreta. El venezolano Jorbit Vivas batalló durante 11 lanzamientos antes de conectar un roletazo al cuadro… hasta que Pete Alonso hizo un tiro desviado al plato, permitiendo que el dominicano Jasson Domínguez llegara quieto. Alonso asumió la culpa, calificando su tiro como “horrible.” Paul Goldschmidt lo siguió con un sencillo que sumó una carrera de colchón. Dos bateadores después, le tocó otra vez a Bellinger. Aprovechó una recta de 97.1 mph del dominicano Génesis Cabrera y la envió por encima de la barda del jardín derecho.

Fue un batazo que desató la fiesta en el Bronx, y un silencioso viaje en tren para los de naranja y azul.

“Siento que su enfoque está mejor”, destacó Aaron Judge sobre Bellinger, quien batea .340/.400/.580 (17 hits en 40 turnos) desde que inició su racha el 3 de mayo. “Sabe exactamente lo que busca en el plato, y cuando lo consigue, no lo deja pasar”.

Las mejoras de Bellinger fueron notorias en una serie marcada por los duros abucheos dirigidos contra Juan Soto en su regreso al Bronx. Luego de firmar un contrato de 15 años y US$765 millones con los Mets, el astro dominicano se fue de 4-0 con dos ponches el domingo y de 10-1 en toda la serie. Salió del estadio sin dar declaraciones.

De haberse quedado Soto, quizás Bellinger y Goldschmidt no vestirían el uniforme a rayas… y Max Fried ciertamente tampoco.

La mayor asistencia del año en el Yankee Stadium (48,028) aún se acomodaba en sus asientos, tal vez comprando una o dos bebidas, cuando Fried caminaba hacia el bullpen para calentar. Con la toalla al hombro, el zurdo evocaba una conversación matutina en marzo en el complejo primaveral del club.

En ese entonces, un ejecutivo reconocía: “Si Soto se queda, Fried no viene”. El presupuesto no alcanzaba para ambos, y el contrato de ocho años y US$218 millones de Fried fue posible sólo tras la salida de Soto. Su decisión marcó un antes y un después para ambos equipos neoyorquinos.

Fried volvió a brillar, con ocho ponches en seis innings sin decisión, elevando ligeramente su efectividad de 1.11 a 1.29, la mejor de MLB. Fue su décima apertura con los Yankees, y posiblemente una de las menos dominantes. Aunque los Mets notaron que su cambio no tenía el mismo efecto, sólo lograron tres imparables contra él.

“Fue emocionante. Se sintió como una serie de postemporada, y eso es bueno, especialmente temprano en la temporada. Te prepara para el tipo de béisbol que quieres jugar al final”, declaró Fried.

Su promedio de carreras limpias permitidas es el segundo más bajo para un Yankee en sus primeras 10 aperturas de una campaña, sólo detrás de Phil Niekro (1.20 en 1984). Aaron Boone elogió cómo Fried cambia la velocidad de sus envíos con facilidad.

“Es como un auto de carreras sobre el montículo”, comentó Boone. “Es difícil descifrarlo, porque cambia velocidades y todos sus lanzamientos tienen mucho movimiento y calidad”.

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