Se nos fue Vinicio Franco. Otra gloria del buen canto popular.
El coronavirus venció a nuestro Mambo Franco. Un exquisito y pimentoso merenguero que deleitó a varias generaciones.
Pero Vinicio, como otros tantos talentos del arte nacional, venía languideciendo y perdiendo respiro en medio de una espantosa precariedad económica.
También como otros valores del arte, a Franco se le fue apagando su contagiante alegría, azotado por la discriminación y la indiferencia del Estado, como se ha mostrado una vez más con el festín millonario a favor de los “grupos más populares”, severamente cuestionado por la población.
En estas circunstancias y ante la triste pérdida de este baluarte del arte popular, no son pocos los que deberán guardar vergonzoso silencio.
Paz al alma de Vinicio Franco.