Viena.- El Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC), compuesto por unas 200 ONG de todo el mundo, expresó este martes su “profunda consternación” ante la reciente decisión de la OMS de mantener la hoja de coca en la Lista I de la Convención contra las drogas, o sea, entre las sustancias peligrosas.
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Según recuerda el IDPC en un comunicado, la fiscalización internacional de la hoja de coca y la prohibición de su cultivo y uso tradicional a partir de los años 1960 fueron consecuencia de estudios “defectuosos y con sesgo racial”.
El Comité de Expertos en Farmacodependencia (ECDD) de la OMS evaluó la hoja de coca tras una petición presentada por Bolivia en 2023 y apoyada por Colombia, y decidió esta semana mantenerla en la Lista I de la Convención Única de 1961 con las sustancias más peligrosas y bajo un control internacional más estricto, como la heroína y la cocaína, entre otras.
Según la directora ejecutiva del IDPC, Ann Fordham, la decisión de la OMS es “decepcionante y preocupante” y refuerza los “fundamentos racistas y coloniales del control internacional de drogas, dejando claro que el sistema está roto y se resiste a una reforma significativa”.
El IDPC defiende políticas de drogas que promuevan la justicia social y los derechos humanos.
En el estudio de la OMS -que será presentado esta semana en Viena durante una reunión de la Comisión de Estupefacientes de la ONU- se reconoce los usos tradicionales de la hoja de coca y algunos indicios de un posible uso terapéutico, pero concluye que la evidencia científica disponible es insuficiente para modificar su estatus.
El IDPC aseguró que la evaluación científica y la decisión del Comité ignoran la “evidencia clara” de que la hoja de coca, en su forma natural, presenta riesgos mínimos para la salud, al tiempo que “soslayan milenios de conocimiento indígena” al afirmar que no existe una base sólida para su uso terapéutico.
Además, destacó que no se tuvo en cuenta los derechos reconocidos de los pueblos indígenas a la “autodeterminación, al uso de sus recursos naturales y a la preservación de su cultura, medicinas tradicionales y prácticas de salud”.
Por otra parte, las ONG destacaron la “creciente preocupación” de que la presión política, en particular de los gobiernos alarmados por el auge de los mercados de cocaína en Europa, haya influido en el resultado de la evaluación, al tiempo que calificó como “infundados” los temores a que la desclasificación de la coca impulse la producción de cocaína.
En ese sentido, el Consorcio recuerda que la producción de cocaína requiere un complejo procesamiento químico y grandes cantidades de hoja, al dejar una tonelada métrica de coca fresca apenas 1,45 kilos de cocaína, según la propia Organización de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).








