Jessica Bonifaccio
Para liberar espacio en la habitación, una opción siempre será convertir la pared principal de la cama en una estantería.
Allí podrás colocar infinidades de objetos como libros, si te gusta leer; juguetes, cuadros, platas, velas aromáticas o cualquier otro adorno o utensilio de interés.
Los estantes tienen dos grandes ventajas: son prácticos y decorativos. De hecho, permiten organizar el espacio de forma razonable al aprovechar la superficie de la pared y se integran perfectamente en cualquier contexto de decoración.
Sin embargo, cuando decidimos poner estantes de pared, hay que tener muy en cuenta la altura a la que debemos colocarlos. Esto puede cambiar en función de la habitación y de los diferentes usos que les daremos, así como la altura de las personas que los vayan a utilizar.
En el dormitorio, los estantes se pueden colocar en diferentes lugares y usarse de varias maneras. Por ejemplo, se podrían utilizar como mesitas de noche flotantes y, en este caso, la altura a la que se deben montar dependerá mucho de la altura de la cama.
Si tu cama no tiene cabecero, los estantes pueden ser la solución perfecta para llenar el espacio vacío de la pared, para crear una superficie de apoyo para tus cosas.
Cuando tengas que elegir la altura de los estantes sobre la cama, deberás considerar qué tipo de resultado quieres lograr. Los expertos sugieren que si buscas un cabecero de cama formado por estantes, puedes colocarlos a 40 cm de la cama; de lo contrario, si deseas insertar superficies de apoyo sobre el cabecero de la cama, puedes montarlos a una altura de alrededor de 60 cm por encima.