Este cargamento de drogas por la forma en que ha sido manejado en el país y por las posturas que han asumido mandatarios extranjeros hacia nuestro Estado, aunque muchos no lo vean así, estremece los cimientos del gobierno, ya que amenaza su reputación e imagen.
A partir de ese momento, vemos a un presidente distinto, perturbado, huidizo, opaco y poco orgánico, frente a las cámaras y medios de comunicación, Esto llama la atención ya que no ha sido su costumbre durante su ejercicio de poder de alrededor de 52 meses.
Hermetismo
La escueta respuesta del presidente Abinader sobre el referido caso hasta el momento ha sido que eso se encuentra en una fase de investigación y que oportunamente se ofrecerán detalles sobre el particular. Hasta el momento que escribimos este análisis, las autoridades dominicanas no han dicho más nada, hermetismo total.
Y yo pienso, me pregunto y digo: ¿que elementos, informaciones, datos e informes, pudiera tener el mandatario dominicano sobre ese alijo que impactara tanto en su psiquis para conducirlo a ese estado de ánimo?.
¿Quizas las desafiantes y comprometedoras declaraciones ofrecidas sobre el citado tema de los mandatarios de Honduras y Guatemala en donde estos dos rechazan que en sus puertos se haya cargado la presunta cocaína?.
Podría ser también que el señor presidente Abinader se sienta preocupado por la visita del director de Operaciones Especiales de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), Louis D´ Ambrosio, para “colaborar” sobre el controversial cargamento más grande de la historia del país y la región?.
No lo sé, lo cierto es que luego de conocerse públicamente este acontecimiento, el ánimo, rostro y comportamiento del mandatario dominicano no es el mismo. Confiamos en que todo se esclarezca y se conozca de dónde vino la droga, donde se embarcó, para donde iba y quienes son los responsables. Más nada. ¡Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo!