Humberto Almonte
Analista de Cine
El reciente ataque del movimiento palestino Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, en este mes de octubre cuando se cumplen 50 años de la guerra de Yom Kipur situada en el mismo mes de 1973, nos encuentra con la exhibición en nuestras salas de Golda, película biográfica sobre la ex primera ministro israelí Golda Meir quien gobernaba ese país por aquellas fechas.
La situación actual de ese país de Medio Oriente nos lleva a un repaso de tres películas relacionadas con el tema palestino / árabe / Israelí y son, además de Golda de Guy Nattiv, Vals con Bashir de Ari Folman, que conecta con la guerra del Líbano de 1982, un documental animado de alta densidad sicológica, y Los Limoneros de Eran Riklis, el enfrentamiento de una viuda palestina con el stablishment israelo/palestino. Estos tres filmes nos servirán un poco para entender las raíces del conflicto, situarlo históricamente y apreciar lo complejo del asunto.
Golda -2023-
La película se centra en las responsabilidades y decisiones intensamente dramáticas y de alto riesgo a las que se enfrentó Golda Meir, también conocida como la ‘Dama de Hierro de Israel’, durante la Guerra del Yom Kippur.
Con la pretensión de servir de revisión de la figura de Golda Meir en los turbulentos tiempos bélicos de 1973, la película se convierte en una hagiografía de Meir y en un repaso muy descafeinado de ese conflicto sin que nos acerquemos a una fotografía clara y rigurosa de la ex primera ministra, quedándose aun más desdibujado ese enfrentamiento entre Israel, Egipto y Siria.
La poco profunda puesta en escena carece de ese halito de grandeza y el ritmo sostenido de las obras más significativas de un género tan importante como el bélico. Que conste, tampoco consigue crear esa atmósfera claustrofóbica a pesar de centrar casi toda la acción dramática en interiores, quedándose las escenas de guerra como unos parches mal pegados al resto del contenido narrativo.
Lo único que salva a Golda del naufragio total es la brillante interpretación de Helen Mirren como Golda Meir, quien aborda su personaje con sus crisis, fobias y las secuelas de su enfermedad y lo eleva sobre toda la película y sus carencias. El resto de los personajes, incluyendo a Henry Kissinger (Liev Schreiber), Moshe Dayan (Rami Heuberger), Ariel Sharon (Ohad Knoller) o el jefe de estado mayor David “Dado” Elazar (Lior Ashkenazi), asumen la imagen de meras caricaturas debido a la descuidada estructuración de estos.
En su lectura política la película tampoco sale muy bien parada pues no logra convencer a los partidarios de Israel, pero mucho menos a quienes apoyan a los palestinos o al mundo árabe en general. La elección timorata del realizador Guy Nattiv de quedarse en un justo medio, no es más que la falta de decisión para articular un discurso fílmico y político riguroso. Siendo así, su impacto en los espectadores estará circunscrito a un mero recuento o recordatorio de hechos pasados.
Vals con Bashir (en hebreo ואלס עם באשיר – Vals Im Bashir) -2008-
En Vals con Bashir (2008), un veterano de la guerra del Líbano de 1982, no recuerda nada de ese suceso, solo flashes de la masacre de Sabra y Chatila, y esto lo impulsa bajo el consejo de un amigo, a buscar a sus antiguos camaradas tratando de recuperar los recuerdos de los hechos ocurridos en dicha guerra.
Este largometraje documental de animación fue dirigido por Ari Folman, quien sirvió en esa guerra como soldado de infantería, y por lo tanto, es autobiográfico. De ahí esa autenticidad tan visceral que desprenden sus imágenes. El gran acierto de escoger la animación potencia la plasticidad de lo que vemos, su orientación onírica y la gran carga sicológica de esta obra.
La obra del director, guionista y compositor Folman, avanza como un mecanismo de relojería que se sumerge en las profundidades de su conciencia para descubrir los hechos en que había participado, la masacre de los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila, cometida por las falanges cristianas en venganza por el asesinato del presidente Bashir Gemayel, masacre hecha con la complicidad del ejército de Israel.
El realizador se interpreta a sí mismo, como la mayoría de participantes de esta película, veteranos de esa sangrienta campaña militar, todos ellos con diversas pesadillas y traumas que siguen arrastrando al paso de los años. La inmersión dentro de sí mismo no solo ilustra los traumas postconflictos padecidos por los soldados, sino los complejos mecanismos sicológicos de defensa del ser humano para evadir las realidades dolorosas.
Vals con Bashir funciona como una bomba de acción retardada que estalla dentro del espectador después de terminado el filme, revelando el terrible horror, la pesadilla y el sufrimiento de los residentes en los campos de refugiados a manos de sus ejecutores en nombre una visión política o religiosa distorsionada.
Película densa, de ritmo pausado y de colores oscuros, producto de una técnica inventada por Yoni Goodman, recibió numerosos premios, entre ellos un Globo de Oro a la Mejor película en lengua no inglesa y una nominación al Óscar en el 2008.
Los Limoneros (Etz Limon) – 2008-
Los Limoneros (Etz Limon) es la historia de Salma, una viuda palestina con un cultivo de limoneros que son su medio de vida, y el problema que le representa su nuevo vecino, el Ministro de Defensa de Israel.
Este agrio film dirigido por Eran Riklis se centra en el personaje de esta viuda atrapada en la lucha por la supervivencia en medio del conflicto que desgarra a palestinos e israelíes. Riklis es un distinguido director con varias incursiones en el tema político.
Defendida por un joven abogado y con la comprensión de la esposa del Ministro, Salma se enfrenta al sistema legal del estado de Israel y al mismo tiempo a la indiferencia de las autoridades palestinas, muy enredadas en sus luchas intestinas y en mantener un status de vida para sus dirigentes.
A raíz de unos disparos hacia la casa del Ministro, se desata un proceso que propone cortar los limoneros de los cuales se sostiene la viuda, que ni siquiera cuenta con el apoyo de la familia de su difunto esposo, mucho más atenta a una moralidad caduca que al bienestar de Salma.
La absoluta indefensión de esta viuda es reflejada por la interpretación de una Hiam Abbas en estado de gracia que se asoma a su atormentado personaje sin caer en la sobreactuación o la caricaturización, tópicos habituales de los extremismos interpretativos. El caso de una actriz palestina nacida en Nazaret, dirigida por un israelí, agrega la riqueza del subtexto cultural de ambos artistas.
La película carga contra el sistema político de los dos estados, pero tampoco las normas sociales de la vida palestina salen muy bien libradas. Podemos ver con mucha claridad el grado de opresión sufrido por las mujeres en una sociedad patriarcal que trata a sus mujeres como ciudadanas sin plenos derechos, es decir, el oprimido convertido en opresor de sus propios ciudadanos.
Un conflicto interminable
Las conclusiones que se pueden extraer de Golda,Los Limoneros y Vals con Bashir son bastante transparentes, pues mientras Nattiv elije en Golda no tomarse demasiados riesgos estéticos o discursivos, en el caso de Forlman en Vals con Bashir o Eran Riklis con Los Limoneros estamos delante de películas con una factura de altos vuelos y discursos bastantes críticos con la realidad de su país.