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Stella Santanta abraza su vena artística y explora la distancia en su nuevo EP

Mónica Rubalcava

Los Ángeles

Cuando era adolescente, Stella Santana trató de evitar la vena artística que había heredado de su padre, Carlos Santana. Años después la cantante se reconcilió con su talento y ahora se prepara para lanzar su segundo álbum de estudio.

“Mi casa estaba llena de música, pero yo no quería dedicarme a ella porque sentía que era mucha atención. Recuerdo que los niños en la escuela me decían, ‘escuche que tu padre hizo esto, y lo otro’, y a mí me daba igual”, cuenta en una entrevista con EFE.

Por años, Santana intentó encontrar su vocación en otras disciplinas. Acudió a la Universidad Pepperdine (California, EE. UU.) para estudiar comunicación intercultural, y después de muchas “luchas internas”, en sus veintes tardíos dejó de resistirse a su destino.

La joven partió a Nueva York, una ciudad que convirtió en su hogar y a la que nunca imaginó irse, y comenzó su carrera como cantante.

“Pensaba que era poco original dedicarme a esto y que no era inteligente empezar a hacer música tan tarde, pero a veces hay que explorar aquellas cosas a las que tanto te resistes”, reflexiona.

De sus padres, el rockero mexicano y la activista estadounidense Deborah Santana, aprendió valores como la integridad y el respeto, y principalmente el ser fiel a sí misma. “Ambos me han apoyado mucho”, asegura.

Santana no toca la guitarra como su padre y aunque practica piano y otros instrumentos, sabe que su fuerza está en su voz. Hasta el momento solo tiene una colaboración con el músico llamada “Breathing Underwater”, pero confiesa que quiere hacer más temas a su lado.

UNA NUEVA VISIÓN

En 2016, la californiana presentó su primer álbum “Selfish” donde experimentaba con sonidos electrónicos de pop y R&B, bajos y percusiones que trazarían la ruta de su identidad musical, que ahora se mantienen en su quehacer artístico de forma más estilizada.

Su nuevo proyecto es “Distant”, un álbum divido en dos EP cuya primera entrega saldrá en su totalidad el 14 de julio y de la cual ya ha develado temas como “Highways” y “Attention” que considera que son “perfectos para el verano”.

“Es música nueva para todos pero vieja para mí porque son canciones en las que he trabajado entre 2016 y 2021. Ha sido un proceso largo”, comenta.

Y aunque en ese lapso de tiempo el mundo experimentó cambios que la impactaron profundamente, como el triunfo electoral de Donald Trump en Estados Unidos (2017-2021) y el azote del coronavirus, la esencia del disco gira en torno a la distancia que tuvo que poner con su pareja actual para que su relación pudiera florecer.

“Básicamente estaba comenzando una relación con alguien que era mucho más joven que yo en un momento en el que tenía que estar enfocada en mi carrera. Tuvimos que poner una distancia para poder crecer cada quien a nuestro ritmo”, rememora.

Ambos superaron los obstáculos del camino y ahora se encuentran juntos en Los Ángeles, ciudad en la que se instalaron recientemente, en donde viven por primera vez la paternidad.

“Convertirme en madre me ha hecho ser más organizada y consciente del tiempo que debo dedicarle a las cosas y eso hace que tenga que ser más intencional a la hora de hacer música”, expresa.

En “Distant” Santana logra exploraciones sonoras con su voz, inspirada en sonidos desenfadados y discretos que “no se esfuerzan demasiado”, resultado de ejercicios libres que nacieron durante el encierro que trajo la pandemia.

Los más de siete años que lleva haciendo música le han permitido probar nuevas formas de expresión más libres y tener una perspectiva menos cuadrada de lo que es el arte.

“Creo que como artista he aprendido a tomarme todo con menos seriedad, antes sentía que tenía que respaldar todo lo que escribía, y aunque lo sigo haciendo, en ocasiones me permito jugar más con los temas que escribo”, confiesa.

La cantante lanzará el segundo EP el 25 de agosto y actualmente se prepara para hacerle frente a los escenarios. EFE

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