SANTIAGO. El exministro de las Fuerzas Armadas, ahora Ministerio de Defensa, José Miguel Soto Jiménez, advirtió que la tolerancia del pueblo dominicano se agota y cree que los problemas que enfrenta el país como la inmigración haitiana, inseguridad ciudadana, la desigualdad social y la deuda social acumulada, han entrado en su fase crítica.
Al disertar sobre diversos tópicos durante un encuentro organizado por el Grupo Filosófico y Cultural, La Tertulia, el connotado general retirado consideró que la verdadera “casa del terror” son los periódicos porque quienes los leen a diario descubren que cada día “se inaugura” un problema nuevo.
“Hay que tener cuidado con el dominicano porque aparentemente aguanta todo. Parece un ser sumamente tolerante…”, precisó al afirmar que llegará el momento “en el que agote la tolerancia y ahí habrá problema”.
Puso como ejemplo que durante más de 60 años el país enfrenta el problema de la energía eléctrica y que, aunque todos los gobiernos se comprometen a resolverlo hay ocasiones en que esa situación se agrava y echa para atrás.
Para él solo por esa causa en cualquier país de América Latina se hubiera “peleado”.
“Eso es una idea de lo que es capaz de soportar el dominicano. Ahora cuando el dominicano se revolotea, en el Cibao se le llama chapeo bajito, ciclones batateros… El que consulta la historia sabe que cuando el compadre Pedro Juan se revolotea hay jaleo de verdad y a eso no debemos apostar”, advirtió.
Reiteró que la inmigración haitiana y la inseguridad ciudadana se resuelven haciendo cumplir la ley y atribuyó esa problemática a la falta de voluntad política para buscarle solución.
“La anomia ha llegado a una fase crítica, no solamente con el tema haitiano, sino que está llegando también el tema de la inseguridad ciudadana, el tema de la desigualdad. El tema de la deuda social”, analizó.
Sobre la inmigración ilegal haitiana, el también historiador expuso que “tenemos que reconocer que tenemos un gran problema no solamente militar. Un problema que atenta con la soberanía y la existencia de la República Dominicana, que atenta contra la democracia dominicana”.
Cree que la migración ilegal «se está tragando» los frutos de la democracia que tanto han costado sacrificio del pueblo como la asignación del 4 por ciento a la educación, debido a que existe una gran cantidad de estudiantes haitianos que se encuentran de forma irregular en el país y el sistema de salud pública porque cientos de ilegales son atendidos en los centros asistenciales públicos.
El político aseguró que el problema haitiano se está complicando y afirmó que los últimos cuatro presidentes han hecho la misma petición internacional de pedir ayuda para el vecino país.
Inseguridad
Sobre el tema de la inseguridad ciudadana, el ex ministro de las Fuerzas Armadas, manifestó que se ha descompuesto de forma dramática y que se ha supeditado su solución a la reforma policial, cuando además de tomar en cuenta ese aspecto se debería enfocar el problema de forma integral con la reforma a la justicia y atendiendo las desigualdades sociales existentes.
Precisó que antes la mayoría de los ciudadanos podían decir que las víctimas de la delincuencia estaban lejos y que a veces ni las conocían pero que ahora sucede todo lo contrario y que es difícil que no exista alguien que no tenga un cercano que haya sido impactado por ese mal social.
“El Estado ha perdido el monopolio legal de la violencia que debe estar cimentado en las leyes”, analizó y dijo que se ha caído en una especie de chantaje que atribuye al “tránsito imperfecto de la dictadura a la democracia”. Para él en ese ínterin se ha cambiado el orden por el libertinaje.
Atribuyó a una de las causas del aumento de la criminalidad y delincuencia a que existen muchos «jóvenes ni- ni”, que ni trabajan ni estudian se encuentran en las calles y se dedican a delinquir. Cree que agrava la situación que detrás de ellos está el narcotráfico.
Para demostrar la debilidad del sistema de justicia Soto Jiménez puso como ejemplo que decenas de delincuentes habían sido capturados y sometidos hasta unas 10 veces y que luego al ser liberados, vuelven a delinquir.