Alberto Quezada
El escenario político de la República Dominicana a partir de este momento comenzará a experimentar un dinamismo preelectoral singular el cuál se sentirá por los cuatro puntos cardinales de esta media isla caribeña.
No importa que las entidades reguladoras de esas actividades hayan advertido de las implicaciones legales de un proselitismo a destiempo o del inicio de una precampaña fuera de lo que establece el ordenamiento electoral.
No importa, repito, aquí a partir de este año se respirará activismo político por los cuatro costados y se buscarán las mil maneras para disfrazar con el eufemismo de reuniones partidarias, las obvias manifestaciones políticas de corte eminentemente electoral de cara a las próximas elecciones presidenciales, congresuales y municipales del 2024.
Este comportamiento es previsible dado el hecho de que al día de hoy ninguna de las fuerzas políticas mayoritarias, dígase el Partido Revolucionario Moderno (PRM), el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y Fuerza del Pueblo (FP), pueden decir que tienen los votos suficientes para ganar las elecciones en una primera vuelta.
Además, a esto hay que sumarle el elemento de que las preferencias y simpatías políticas están muy fragmentadas, el pastel electoral está dividido en tres, por lo que en una ecuación matemática elemental es de concluir que nada está seguro para ninguna de las fuerzas políticas en competencia.
Por otro lado, ese dinamismo se ve venir por el hecho de que las dos principales instituciones políticas opositoras (PLD y FP) no perderán un instante en la buscada de seguir ganando un mayor espacio político electoral en el escenario nacional., esto por el desgaste y deterioro de unas gestiones gubernamentales de 20 años y una derrota electoral reciente.
De igual manera, el oficialismo con su reelección a cuesta, proseguirá a toda marcha organizando sus estructuras, aceitando su maquinaria partidaria a sabiendas de que el panorama social y político en la actual coyuntura le sigue resultando hostil a pesar de los esfuerzos realizados.
Asimismo, el PRM y el gobierno es previsible que intensifiquen su táctica de captación y cooptación de adversarios políticos en puestos electivos y partidarios mediante la seductora estrategia de la que sólo puede hacer gala aquel que usufructúe el deseado poder político. Esperemos.