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Scorsese anima a perder el miedo a la tecnología y a apostar por “la voz”

Berlín. Martin Scorsese (Nueva York, 1942), uno de los cineastas más influyentes del mundo, abogó este martes en la Berlinale, que le otorga este año su Oso de Oro honorífico, por perder el miedo a la tecnología y ponerla al servicio de “la voz individual” en el cine.

“La tecnología cambia tan rápido que lo único a lo que te puedes agarrar es a la voz individual y esa voz se puede expresar igual en TikTok, en una película de cuatro horas o en una miniserie”, dijo en rueda de prensa el director de títulos como ‘Taxi Driver’ (1975), ‘Toro Salvaje’ (1980) o ‘Goodfellas’ (Uno de los nuestros, 1990).

“No creo que esté muriendo el cine, el cine se transforma”, prosiguió. “Que la tecnología no nos atemorice, no seamos esclavos de ella, controlémosla y pongámosla en la dirección adecuada, al servicio de la voz individual”, pidió entre aplausos en una sala de conferencias a rebosar.

Scorsese recibe esta noche el Oso de Oro de honor en una ceremonia tras la cual se proyectará ‘Infiltrados’ (2006), un filme con Matt Damon, Leonardo di Caprio y Jack Nicholson por el que recibió el Óscar a la mejor película después de nueve nominaciones.

Este año ha conseguido diez nominaciones a los Oscar, que se entregarán el 10 de marzo, por ‘Los asesinos de la luna’, entre ellas las de mejor película y mejor dirección.

En una rueda de prensa en la que cada periodista aprovechó su intervención para expresar su profunda admiración al cineasta y uno incluso le pidió permiso para representar una escena de ‘Infiltrados’ (y lo hizo), Scorsese dejó claro cuál es, en su opinión, el rol de los festivales de cine.

“Prestar atención a esas nuevas voces individuales y artísticas”, insistió. “Puedes ver una película una vez y recordarla toda tu vida y no digo recordar en un sentido nostálgico, sino que tiene un efecto en tu manera de ver la vida, a los demás y en tu comportamiento”, aseguró.

Habló de la labor de preservación del cine que realiza desde The Film Foundation y recordó que es una pasión que se remonta a sus comienzos, cuando junto a Brian de Palma, Steven Spielberg o Paul Schrader, el grupo con el que creció, se recomendaban películas unos a otros y a menudo era complicado encontrar copias.

Y aunque en esta ocasión el homenajeado era él y se trataba de hablar de su cine y lo que ha influido en otros, aseguró que nunca piensa en ello.

“Quizá de más joven, con más ego y ambición, la ambición no la pierdes pero el ego… quizá tampoco, aunque lo intentas”, aseveró con su característica rapidez y sentido del humor al hablar.

“Cuanto más me dice la gente esas cosas más lo rechazo”, afirmó, porque se trata de tratar de empezar de cero en cada película. “Liberarte de las restricciones de cómo se supone que debe ser algo es genial, porque tu mayor problema eres tú mismo”.

Sobre el papel de la crítica consideró que aun puede ser relevante para orientar a los jóvenes en tiempos en que todo el cine del mundo está al alcance de la mano. “Lo que está de moda muere en un día, hay que inculcar valores más fuertes”, opinó.

Y acerca de su reciente encuentro con el papa en el Vaticano desveló que entablaron relación a partir de ‘Silencio’ (2016), su película sobre dos sacerdotes jesuitas en Japón en el siglo XVII, que el papa Francisco vio en el Vaticano.

“Hablamos sobre maneras frescas de abordar el cristianismo, que es un tema que me interesa”, señaló Scorsese, que no quiso dar muchos detalles de su próximo proyecto de largometraje basado en la vida de Jesucristo.

“Es una idea que siempre ha estado ahí, me interesa el catolicismo”, dijo, “pero aún estoy viendo qué tipo de película quiero hacer, será algo único y diferente y que provoque pensamiento y también entretenimiento”.

La 74 Berlinale acoge también el estreno mundial de ‘Made in England: the films of Powell and Pressburger’, un documental dirigido por David Hinton y producido y narrado por Scorsese para la BBC, al estilo de su mítica serie sobre el cine americano de los 90.

Scorsese repasa título a título, deteniéndose en las escenas más significativas, las películas de Michael Powell (1905-1990) y Emeric Pressburger (1902-1988) que descubrió de niño y que marcaron su manera de ver y hacer cine, desde ‘The Life and Death of Colonel Blimp’ a ‘Black Narcissus’ o ‘The Red Shoes’. EFE

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