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Santo Domingo

Santo Domingo bajo amenaza: Cómo prepararnos para enfrentar la temporada ciclónica

Jorge Juan Feliz Pacheco

Andrea, Barry, Chantal, Dexter, Erin, Fernand, Gabrielle, Humberto, Imelda, Jerry, Karen, Lorenzo, Melissa, Néstor, Olga, Pablo, Rebekah, Sebastien, Tanya, Van y Wendy.

Estos son los 21 nombres asignados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para las tormentas y huracanes del Atlántico en 2025. Aunque no necesariamente todos se utilizarán, están disponibles para una temporada que se proyecta como una de las más activas de los últimos años y que nos exige estar más preparados que nunca.

Cada año, durante seis largos meses, enfrentamos lluvias intensas, inundaciones, caídas de árboles, derrumbes y daños a viviendas. Y lo que multiplica los efectos no es solo el fenómeno natural, sino la falta de preparación y de voluntad para cambiar la costumbre de poner el candado después que nos roban.

La temporada ciclónica del Atlántico inicia oficialmente el 1 de junio y concluye el 30 de noviembre. Para este año, se espera la formación de entre 13 y 19 ciclones tropicales con nombre, de los cuales 6 a 10 podrían convertirse en huracanes, y 3 a 5 alcanzar la categoría de huracanes mayores.

La República Dominicana está clasificada con un 10 de 10 en la escala de riesgo de paso de huracanes, y Santo Domingo, nuestra capital, concentra vulnerabilidades críticas: urbanismo desordenado, drenaje insuficiente y zonas habitadas de alto riesgo.

Medidas esenciales a mediano y largo plazo

Preparar Santo Domingo no es cuestión de una sola temporada. Requiere un plan integral y sostenido en el tiempo. Entre las acciones clave están:

• Mejora del drenaje urbano: Ampliar y mantener la red pluvial es fundamental para reducir el impacto de las lluvias. Etapa por etapa, ir buscando los recursos para trabajar en ello.

• Educación y concienciación pública: Realizar campañas constantes que fomenten prácticas responsables en los hogares, universidades, escuelas y empresas.

• Cumplimiento de las leyes existentes:

– Ley 120-99, que prohíbe lanzar o permitir el lanzamiento de desperdicios sólidos en las vías públicas, y cuyo cumplimiento debe ser riguroso, especialmente durante la temporada ciclónica. Es clave para evitar inundaciones provocadas por el factor humano.

– Ley 64-00 de Medio Ambiente, que obliga a proteger los recursos naturales y castiga la intervención irresponsable de ríos, cañadas y suelos urbanos. Su aplicación es clave para prevenir derrumbes, desbordamientos y otras consecuencias evitables.

– Ley 147-02 sobre Gestión de Riesgos, que establece la responsabilidad de las instituciones públicas —incluyendo los gobiernos locales— de identificar zonas vulnerables, preparar planes de emergencia y coordinar la respuesta ante desastres.

• Inversión en tecnología y monitoreo climático: Reforzar los sistemas de alerta temprana y predicción local.

• Simulacros regulares de evacuación: No basta con saber dónde están los refugios. Hay que ensayar cómo llegar a ellos.

• Coordinación interinstitucional: Entre gobierno central, ayuntamiento, juntas de vecinos, iglesias, escuelas y organizaciones comunitarias.

¿Qué podemos hacer desde el gobierno local?

Desde el Ayuntamiento del Distrito Nacional, estas son algunas de las medidas concretas que propongo:

• Solicitar al COE el listado actualizado de refugios en cada circunscripción y socializarlo ampliamente con las comunidades.

• Coordinar con la Dirección de Planeamiento Urbano de la Alcaldía del D.N. y el MIVED para asegurar que todas las construcciones activas cumplan con normas de seguridad. Esto incluye asegurar andamios, maderas, láminas de zinc, herramientas sueltas, vallas metálicas, grúas móviles, redes de protección, contenedores de desechos y cualquier otro material que pueda convertirse en proyectil durante vientos fuertes.

• Convocar a la Comisión de Publicidad Exterior del Concejo de Regidores para solicitar a las compañías de vallas que tomen todas las medidas de seguridad ante la temporada ciclónica, a fin de evitar caídas de las estructuras. Además, como ya lo vienen haciendo, pedirles que socialicen informaciones importantes durante los momentos de lluvias intensas.

• Revisar junto al MOPC la infraestructura de túneles, elevados, puentes peatonales y pasos a desnivel. A raíz del colapso del muro, provocado por las intensas lluvias y la falta de mantenimiento, en el paso a desnivel de la 27 de Febrero con Gómez en noviembre de 2023, donde fallecieron nueve personas, se creó una comisión para evaluar estas estructuras, pero sus informes aún no se han socializado con la población.

• Verificar con la CAASD el estado de las cañadas, muchas de ellas obstruidas y llenas de basura. Además, urge un levantamiento para garantizar que no falte ni una sola tapa de filtrante en la ciudad y así evitar accidentes. Se debe considerar el uso de materiales como fibra de vidrio o plástico reforzado para prevenir el robo de las tapas metálicas, que suelen ser sustraídas para venderse como chatarra.

• Como expresé en la última sesión del Concejo de Regidores, propongo establecer algunos puntos que sirvan como refugio para animales callejeros. Necesitamos cuidar también a los animalitos durante los días de tormenta. Entiendo que, con el apoyo del sector privado, la Policía Municipal y los bomberos, podríamos realizar un amplio operativo para recogerlos a tiempo y garantizar su protección.

• Fortalecer las campañas comunitarias y los simulacros de emergencia, especialmente en los sectores más vulnerables.

• Solicitar a la ETED revisar los cables de alta tensión y retirar los nidos de aves que puedan provocar arcos eléctricos. Y coordinar con el ayuntamiento un amplio operativo de poda de árboles, sin maltratarlos.

• Solicitar a EDEEste y EDESUR la sustitución urgente de postes en mal estado, muchos de los cuales se sostienen solo por los cables y otros ya han provocado accidentes. Estas estructuras, en su condición actual, no estarían preparadas para resistir ni siquiera un huracán de categoría 1, cuyos vientos sostenidos oscilan entre 119 y 153 kilómetros por hora.

• Continuar la labor con INDOTEL, las telefónicas y compañías de telecable, en el marco del plan para el retiro de cables en desuso que afean la ciudad y representan un riesgo. En coordinación con la Alcaldía del Distrito Nacional, ya se han retirado más de 16,000 pies de cable desde abril de 2024 a la fecha.

• Trabajar con Medio Ambiente, la Dirección de Gestión Ambiental de la Alcaldía y el Cuerpo de Bomberos para evaluar y podar árboles en mal estado que puedan colapsar durante una tormenta. Hace unos meses cayó uno en el sector de Piantini, que por suerte no causó pérdidas humanas.

• Convocar al Comité de Emergencia, el cual ya fue activado y se ha reunido en dos ocasiones por la actual administración, lo cual saludo y aplaudo.

Conclusión: no basta con planificar, hay que actuar

Preparar Santo Domingo para la temporada ciclónica es una tarea urgente, pero también una oportunidad para fortalecer nuestra ciudad. La preparación proactiva no solo salva vidas, sino que también construye confianza y resiliencia urbana.

Como regidor, me pongo a disposición de los munícipes para informarles sobre cualquier actualización de algún evento. Con este escrito no busco alarmar, sino hacer una invitación a prepararnos con responsabilidad.

¡Santo Domingo tiene con qué!

No se trata de ganar elecciones, se trata de ganarse el corazón de la gente.

El autor es regidor del Distrito Nacional

 

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