Hecmari Ugarte
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El joven receptor dominicano Samuel Basallo vivió una jornada inolvidable en el Daikin Park de Texas, donde acaparó la atención en la contundente victoria de los Orioles de Baltimore sobre los Astros de Houston con pizarra de 12-0. Aunque en esta oportunidad no estuvo detrás del plato, fungiendo únicamente como bateador designado, el prospecto dejó muestras de su talento y carácter en su estreno como jugador de Grandes Ligas.
Su participación estuvo marcada por un carrusel de emociones. En su primer turno al bate, recibió un pelotazo por parte del lanzador y compatriota Cristian Javier, un detalle que, lejos de opacarlo, fue interpretado como una ruda bienvenida al mejor béisbol del mundo. Sin embargo, Basallo mantuvo la calma, mostrando madurez y confianza propias de un jugador llamado a dejar huella.
La acción más vibrante llegó en la parte final del compromiso. En el octavo inning, los Orioles montaron un rally demoledor de cinco carreras. Fue entonces cuando el dominicano conectó una línea sólida entre el jardín central y derecho, trayendo al plato las dos últimas anotaciones del encuentro. Ese batazo no solo amplió la ventaja de su equipo, sino que también se convirtió en la “cereza del pastel” de una ofensiva que no tuvo piedad ante el pitcheo de Houston.
Antes de ese momento, Basallo estuvo a punto de vivir su primera gran explosión con el madero en el séptimo episodio, cuando mandó una pelota contra la barda del jardín derecho. El batazo parecía tener destino de cuadrangular, pero el patrullero Jesús Sánchez realizó una gran jugada defensiva, saltando justo a tiempo para quedarse con la bola que casi cruza a las gradas. Fue un instante que dejó en claro el poder y la capacidad de contacto que posee el novel toletero.
El estreno de Samuel Basallo no solo fue importante para él y para los Orioles, sino también para su país. Con su debut, se convirtió en el dominicano número 955 en jugar en las Grandes Ligas (o 962 si se suman los registros de las Ligas Negras) y el decimoséptimo en hacerlo en lo que va de 2025. Además, se unió a la lista de 39 jugadores nacidos en República Dominicana que han vestido la camiseta de Baltimore a lo largo de la historia.
En su tierra natal, Basallo pertenece a los Tigres del Licey en la LIDOM, equipo con el que ha mostrado progresos constantes que lo llevaron a ser considerado uno de los principales prospectos de la organización. Con apenas 19 años, se suma a la nueva camada de talentos que promete mantener en alto la bandera dominicana en las Grandes Ligas.
Su debut representa mucho más que una estadística: es la materialización de años de sacrificio, disciplina y sueños de infancia. En un estadio extranjero, bajo las luces de la gran carpa, Samuel Basallo comenzó a escribir la primera página de lo que podría convertirse en una historia memorable para el béisbol caribeño.