María Ramos
La incapacidad de resistencia ante la inminente embestida de un fenómeno natural, es una constante que desde hace décadas viven los residentes de la ribera del río Ozama, que una vez más ven sus vidas peligrar ante el anuncio del posible ciclón zurdo que se forma en las aguas del mar Caribe Occidental.
El río Ozama es un acuífero que divide la capital dominicana, en su ribera, cientos de familias han establecido sus hogares, cerca del sector Los Tres Brazos en la parte este de Santo Domingo y del lado sur, el barrio Gualey del Distrito Nacional, donde hombres, mujeres y niños tratan de sobrevivir bajo la más profunda vulnerabilidad que caracteriza a esta zona.
A pesar de los constantes riesgos y de la falta de infraestructura adecuada, estas comunidades continúan resistiendo, construyen hogares y tratan de sobrevivir en un ambiente que constantemente pone a prueba su resiliencia.
Ante en el anuncio realizado por el Instituto Dominicano de Meteorología (Indomet), sobre la probabilidad de que este fin de semana largo se forme un disturbio atmosférico que se desarrollará al oeste-suroeste del mar Caribe, que podría convertirse en un ciclón zurdo y afectar a nuestro territorio, periodistas de este medio de comunicación realizaron un recorrido por esas zonas vulnerables.
Más de 250 hogares de la ribera del Ozama en Los Tres Brazos, están rodeados, a un extremo por el río Ozama, que con cada crecida los lleva al borde de un ahogamiento y de perder sus enseres y al otro lado por una barranca que cuando se satura de lluvias en varias ocasiones ha producido deslizamientos de tierra que dejan las casas reducidas a escombros.
A esta situación se le agrega que varias de estas viviendas están localizadas debajo del puente Francisco del Rosario Sánchez, mejor conocido como puente de la 17, el cual desprende escombros debido al deterioro provocado por los años, lo que aumenta así el riesgo de vivir en ese lugar.
Personas se resisten a dejar sus casas durante las lluvias
Uno de esos hogares es el de Carlos Manuel Hernández, miembro del comité la 8/5 de la Defensa Civil y de la Junta de Vecinos La Hermandad, que desde hace 25 años vive en esta zona.
Hernández narró que como miembro de la Defensa Civil, cada vez que esta zona es golpeada por un fenómeno se torna lamentable ver personas que aunque tengan sus casas inundadas no se van a los albergues por el temor de que los saqueen.
“Nosotros hacemos lo posible siempre de salvar vida, aunque hayan personas que tú te cansas de aconsejarlos y no se llevan de uno, hasta que no ven la verdad, aquí la gente no dejan su casa así por así, todavía tienen el agua hasta el pecho y no se van”, dijo el hombre que por más de nueve años trabaja salvando las vidas de sus vecinos.
Explicó que cuando ellos ven la verdad del asunto claman por ayuda y entonces ellos los llevan a un pre albergue y luego los trasladan a las escuelas y a otras partes que son más seguras.
Desconocen las situaciones atmosféricas
Durante el recorrido por las zonas vulnerables arriba mencionadas, varios residentes aseguraron desconocer que la República Dominicana está siendo amenazada por un nuevo fenómeno atmosférico.
Este es el caso de Altagracia Sánchez, quien es madre de dos niñas, de 14 años y de una bebe de apenas 2 meses, que vive en la cercanía del río Ozama desde el 1993 y es una testigo de las múltiples acciones que este acuífero ha entrado a su casa y en la de sus vecinos llevándose sus ajuares y destruyendo todo a su paso.
Sin embargo, las decenas de historias que esta madre puede contar sobre las catástrofes causadas por cada mal tiempo que mueve al Ozama a inundar sus viviendas, no son suficientes para que ellas renuncien al sueño de ser desalojadas por la Unidad para la Readecuación de Barrios y Entornos (URBE) que en varias ocasiones ha realizado censos a los comunitarios, asegurándoles que pronto los van a desalojar, y les proveerá con qué comprar en otra zonas más seguras.
Zonas desalojadas vuelven a ser repobladas
No obstante, este panorama tan desolador que por décadas viven las personas del lado este del río Ozama, es ligeramente diferente al de la zona sur de esta ribera, porque en este extremo hay algunas zonas en las que sus residentes fueron reubicados y otros recibieron compensaciones económicas para tener con qué mudarse a otro lado, como es el caso de los moradores de Los Guandules y La Ciénega. En esta parte de la orilla fue construida la Avenida del Río.
Otras zonas en las que hicieron desalojos fueron en el sector de Gualey, pero a diferencia de los barrios mencionados más arriba, aquí no se construyó ninguna infraestructura, razón por la que una vez más fue invadida por un gran número de personas.
Este es el caso de Raiza Peralta Martínez, quien vive desde hace nueve años en la orilla sur del río Ozama junto a su esposo y sus dos hijas, quien afirma que al saber del ciclón zurdo se encuentra muy asustada, especialmente por sus hijas que son dos niñas.