El Gran Santo Domingo, como otras comunidades de provincias, continúan bajo los terribles efectos de las inundaciones del pasado viernes.
El dolor de las familias afectadas por el fallecimiento de parientes y la terrible angustia de miles de ciudadanos impactados por las pérdidas materiales, constituyen un grave reto para las autoridades.
Centrar el trabajo eficiente y responsable en el rescate y la ayuda a los damnificados debe ser el norte de las autoridades.
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Y en esa ruta han de recibir el respaldo y acompañamiento de toda la sociedad.
Total, con las imprevisiones puestas en alto relieve una vez más, los lamentos y las excusas nada aportan.